Los comerciantes de Imbabura compiten con descuentos y ofertas con los de Ipiales. Es su estrategia para atraer a los compradores ecuatorianos, que estas semanas cruzan la frontera para adquirir productos colombianos más baratos, por la depreciación del peso colombiano.
Janeth Roldán, propietaria de un taller de confección en Ibarra, no ha subido los precios durante los últimos dos años y este tampoco lo hará.
En el local de confecciones de Roldán, las ventas en agosto cayeron un 50% frente a igual mes del año pasado y tenía previsto igual comportamiento en este mes.
El Comercio Data. En Atuntaqui, al norte de Ecuador en la provincia de Imbabura, los comercios compiten con ofertas y descuentos con Ipiales en Colombia. Foto: José Mafla / EL COMERCIO
Con una recaudación de USD 40,9 millones, Ibarra es el segundo cantón de Imbabura que más tributos generó en el 2014, después de Otavalo (USD 45,5 millones).
Grandes carteles con rebajas de hasta el 50% se exhiben en varios comercios del centro de la ciudad blanca. Similar ambiente se vive en otro cantón de la provincia: Antonio Ante, que generó USD 7,1 millones en tributos para el Fisco, el año pasado.
Atuntaqui, su cabecera cantonal y que vive del llamado turismo de compras, también comenzó a sentir desde junio pasado el efecto “Ipiales”.
“En agosto subieron algo las ventas por el feriado, pero luego volvió a bajar”, dice Tatiana Sánchez, vendedora de un local de sacos en el centro de esta urbe. La tienda bajó entre USD 3 y 4 por cada prenda como estrategia para captar clientes.
Aunque aún no se puede hablar de una crisis en el sector comercial como ocurre en Tulcán, la situación es “muy difícil” en Ibarra, señala Michel Saud, presidente de la Cámara de Comercio y Producción (CI).
Según datos del gremio, las ventas en lo que va de este año han caído en el sector comercial entre un 38 y 42%, con relación al año pasado.
El problema es complejo porque ya se siente una falta de liquidez en el comprador. “Caemos en las compras noveleras. Vamos (a Ipiales) por un televisor y venimos cargados de chocolates, ropa, calzado… El problema es que la gente paga con tarjeta de crédito y su capacidad de compra está comprometida a seis meses”, dice el ejecutivo.
La ciudad blanca es la capital provincial y donde se concentra mayor número de habitantes y comercios.
Luego de la construcción, que representa un 18% de las actividades productivas, se encuentra el comercio, con una participación del 14%. Después están las actividades inmobiliarias, que también tienen un componente comercial.
Hasta junio pasado, en esta provincia, cuyo 46% de la población vive en la zona rural, hay 193 182 personas con empleo, pero de estos el 56% tienen empleos inadecuados, es decir, no satisfacen las condiciones mínimas de ingresos y horas trabajadas.
Quienes están en el subempleo (25 031), la gran mayoría (78,7%) está en esta categoría por insuficiencia en el tiempo de trabajo (trabajos temporales o más conocidos como ‘chauchas’).
Saud cree que Imbabura también requiere medidas tributarias similares a las de Carchi (exoneración del pago del anticipo al Impuesto a la Renta, la contratación pública directa a transportistas), para evitar que el problema se extienda.
De acuerdo con la última Encuesta de Condiciones de Vida del INEC (2013-2014), el 26% no tiene cubiertas sus necesidades básicas.