Redacción MUNDO
La carrera (armamentista) esta ahí. Es una realidad”. Así el presidente uruguayo, Tabaré Vázquez, resumió en Washington la preocupación que existe por las multimillonarias compras de armas que realizan países de la región, en plena crisis económica global.
Dardos a Venezuela
La secretaria de Estado de EE.UU., Hillary Clinton, insistió en que su gobierno ya ha expresado su “preocupación por cierto número de compras de armamento de Venezuela, que sobrepasa las del resto de la región ” .
El presidente del Senado brasileño, José Sarney, denunció que “el hecho de que Venezuela quiera ser potencia militar desencadenó dos consecuencias separadas. Una, la carrera armamentista en América Latina. Y dos, EE.UU. no se quedó de brazos cruzados y reactivó su IV Flota”.En la reciente cumbre de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), que se realizó en Quito, precisamente la escalada armamentista fue uno de los temas centrales de la agenda.
La fase de rearme y militarización en la que ingresó América Latina, según especialistas, se evidencia en tres hechos.
Uno, el convenio que permitirá a EE.UU. emplear siete bases militares de Colombia. Dos, el pacto de cooperación armamentista que Brasil y Francia sellaron el pasado 7 de septiembre.
Y tres, las adquisiciones venezolanas de más armas en Rusia, su aliado estratégico, Precisamente, las recientes compras de arsenales realizadas por países de la región pusieron en evidencia acuerdos de defensa (¿y geopolíticos?) de largo alcance.
Según el Instituto de Investigación para la Paz Internacional de Estocolmo (Sipri, por sus siglas en inglés), el gasto en América del Sur en 2008 fue de USD 50 000 millones. Por el momento, los dos mayores impulsores de la carrera son Brasil y Venezuela, seguidos por Colombia.
En la escalada armamentista que vive la región, en primer lugar sorprende el giro dado por Brasil. El gigante sudamericano y Francia sellaron acuerdos de equipamiento militar que superan los USD 12 600 millones. El Estado europeo suministrará cinco submarinos, 50 helicópteros y 36 cazabombarderos.
A más de eso, proporcionará la tecnología que posibilitará a Brasil fabricar armas y venderlas en el mercado regional. Es decir, que la oferta de arsenales en América Latina se multiplicará. Brasil ha explicado las compras con el argumento de que está obligado a defender su recién descubierta riqueza energética.
Luego de divulgarse el acuerdo Colombia-EE.UU., el presidente venezolano, Hugo Chávez, no perdió tiempo y fue de compras al mercado ruso . Venezuela obtuvo un crédito de Rusia por USD 2 200 millones para adquirir 92 tanques T-72 y el avanzado sistema de defensa misilístico S-300. Desde 2005 Caracas gastó USD 4 400 millones en 24 cazas Sujoi-30 rusos, 50 helicópteros de combate y 100 000 fusiles Kalashnikov.
En torno al acuerdo Moscú-Caracas, Steven Eke, experto del servicio ruso de la BBC, comenta que Rusia ve a Venezuela como un país importante para el intercambio de energía y un mercado importante para las armas rusas. Además, “ambos países han hablado con frecuencia de la necesidad de alejarse de lo que llaman un mundo unipolar, o sea, el dominio global de EE.UU.”.