El comerciante de Esmeraldas, Daniel del Castillo retomó la venta de sus accesorios tecnológicos en línea, despacha en su negocio o realiza las entregas a domicilio. Foto: EL COMERCIO
Daniel del Castillo es un comerciante esmeraldeño que vende accesorios tecnológicos desde hace 15 años en el casco comercial y bancario de la ciudad de Esmeradas.
Su negocio estuvo cerrado casi dos meses, por la emergencia sanitaria del coronavirus, pero desde hace 15 activó sus ventas a través de las redes sociales de Facebook e Instagram. Atiende en su negocio, con la puerta medio abierta.
Empezó a ofrecer cámaras de seguridad, grabación de películas, mosquiteros electrónicos, memorias de 32 y 64 gigas y dispositivos para televisores de última generación.
El comerciante explica que dejó de vender un promedio de USD 12 000 y perdió una ganancia bruta de USD 4 000 durante el cierre; por eso decidió comercializar en línea, en su local y entregar los pedidos en su motocicleta.
Debía pagar dos meses de arriendo del local, cuya deuda llega a USD 1000. “Había que buscar alternativas para generar recursos económicos y vender la mercadería que mantenía embodegada”.
Con habilidad promocionó su plataforma digital Puntotec y ahora despacha un promedio de 30 pedidos desde su local o los lleva a domicilio.
Desde hace dos semanas, la puerta lanfor queda entre abierta para quienes acuden a retirar sus pedidos; nadie entra. Muchos llegan para llevar accesorios, como cables para computadoras, cargadores, radios, relojes digitales, cámaras, discos duros, teclados y otros objetos.
Su trabajo realiza desde las 08:00 hasta las 12:00 en el local y de 13:00 a 17:00 lleva directamente la mercadería a la casa de sus clientes, previo a un acuerdo con ellos.
Esta reactivación le permitió volver a incorporar a sus dos trabajadores, encargados de organizar la mercadería. Según el comerciante, las ventas de accesorios promedian entre 300 y USD 400 diarios, porque ha tenido mucha demanda de los dispositivos electrónicos. Antes de la pandemia estaban por sobre los USD 500.
Al interior del local, Del Castillo siempre lleva puesta una mascarilla, al igual que sus colaboradores. Sobre el estante tiene alcohol y gel antibacterial, que usa antes y después de que deja de empacar o entregar cada uno de los artículos.
Una de las condiciones para quienes van a retirar su mercadería es que lleven guantes y tapabocas, para no contagiarse con el covid-19.
Del Castillo, de profesión ingeniero comercial, decidió no regresar a su casa desde que reabrió su local y se aisló de su familia para no correr el riesgo de contagio. Por ahora se hospeda en la parte alta del local donde arrienda y realiza desde ahí todas sus operaciones.
Por el semáforo rojo que se aplica en Esmeraldas, los locales comerciales no están autorizados para abrir sus puertas, pero pueden entregar a domicilio.
Una vez que se reabran los locales, todos deberán cumplir con las normas de bioseguridad como los llamados arcos de desinfección y la utilización obligatoria de alcohol y gel, según la ordenanza de bioseguridad aprobada por el Municipio de Esmeraldas.