Alberto Dahik, durante una de sus conferencias económicas en Ecuador. Foto: Referencial
El exvicepresidente de la República, Alberto Dahik, llamó la noche de este martes 24 de mayo del 2016, a una resistencia ciudadana al sistema de dinero electrónico que promueve el Gobierno.
“Frente al dinero electrónico: si amamos a este país, la Constitución contempla la resistencia civil que la tenemos que iniciar, no hay otra alternativa”, dijo el economista.
Las declaraciones las hizo en el marco de la conferencia “Ecuador y Venezuela: ¿Qué queda después del boom petrolero?”, que se llevó a cabo en el auditorio UdlaPark de la Universidad de la Américas, en el norte de Quito.
Dahik sostuvo que el sistema de dinero electrónico busca captar dólares para que el Gobierno pueda enfrentar su problema de iliquidez fiscal. Y advirtió que actualmente el dinero electrónico no está a la par que el dinero en papel. Incluso, dijo, está valiendo más porque está sujeto al pago del el 4% del IVA.
Esto podría devenir en un posible bimonetarismo y la salida de la dolarización, consideró.
La posición de Dahik está en el polo opuesto a lo que han señalado autoridades económicas del Gobierno. Diego Martínez, gerente del BCE, ha defendido que el dinero electrónico es un medio de pago más como lo es el efectivo o las tarjetas de crédito o débito.
La liquidez de la reserva – según Dahik- no alcanza a cubrir los depósitos que tienen diferentes actores en el BCE. Esta preocupación también la han manifestado analistas y sectores como la banca privada.
“Ahora que vemos que nuestro encaje no está 100% respaldado por la reserva monetaria y que parte de eso está prestado al Gobierno nos hemos visto obligados a realizar un exceso de reserva que lo tenemos en nuestras propias instituciones porque ya sabemos que si tuviéramos la necesidad de recurrir a todo nuestro encaje, el BCE no nos va a poder devolver. Está claro que una porción de eso lo ha prestado al Gobierno y así lo demuestra el balance del BCE”, dijo Antonio Acosta, presidente del Banco Pichincha, en entrevista con Radio Democracia, hace unos días.
El ejecutivo señaló que el sistema de dinero electrónico no termina de generar confianza por dos factores. El primero es que el respaldo del dinero electrónico en billetes físicos -y no solo en activos líquidos- se sostiene solo en una resolución, la cual puede ser reformada en cualquier momento. Un segundo factor es la decisión del BCE de financiar a Finanzas con instrumentos a corto plazo, que comenzaron a subir desde diciembre pasado y que a mayo del presente año suman USD 2 556 millones. Acosta se preguntaba si los dólares que capte el Central para el dinero electrónico irán al Gobierno Nacional para suplir sus necesidades de caja.
Sobre esa última posibilidad, el gerente del BCE respondió que eso no se hará “bajo ningún punto de vista. Eso sería incorrecto. Lo que la gente decida depositar con este medio de pago estará en bancos, cooperativas, etc.”
Dahik señaló que con parte de las reservas, que no le pertenecen al Gobierno central, el BCE está comprando bonos del Estado.
El gerente del BCE negó días atrás que se estén utilizando las
reservas internacionales para estas operaciones de financiamiento. Dijo que se utilizan activos internos “de todas las entidades públicas: Gobierno central, seccional, banca pública, empresa pública…). Son operaciones calzadas en tiempo, a corto plazo, colocadas responsablemente para que puedan atenderse los pagos. Nadie puede señalar que el BCE no ha cumplido con un pago que le hayan pedido”.
Finalmente, Dahik consideró que los ecuatorianos deben exigir las cifras reales respecto al crecimiento de la economía y toda la deuda que tiene el Estado.
Advirtió que el Gobierno no está contabilizando como deuda, los bonos que le compra el Banco Central y otros instrumentos como los TBC, los Cetes, las ventas anticipadas del petróleo, los atrasos con proveedores y GAD, y la última inyección de USD 1 000 millones de Schlumberger a Petroamazonas, con lo cual la deuda real bordearía los USD 46 000 millones; es decir, casi 50% del PIB, cuando la Ley solo permite que sea de hasta el 40%.
“El socialismo del siglo XXI es algo muy simple. Es un grupo de gente que lo sentaron en un vehículo de 1 000 caballos de fuerza, pusieron marcha atrás y aplastaron el acelerador a fondo.” dijo
El gasto público y el caso venezolano
En el encuentro de la UDLA también participó el decano de la Facultad de Ciencias Económicas de ese centro, Vicente Albornoz, quien señaló que en los últimos nueve años el país produjo un volumen de petróleo valorado en USD 135 000 millones que por los altos precios supera a la riqueza petrolera de los 30 años anteriores al 2007. Estos montos, ajustados a la inflación en dólares del 2015.
Pese a esta extraordinaria riqueza petrolera, el catedrático insistió en que debido a un “enorme” gasto público, el Ecuador creció a un ritmo menor al que tuvo entre el 2001 y el 2006.
Advirtió que también se desaceleró la reducción de la pobreza y de la desnutrición infantil, a pesar de los altos recursos.
En contraste, advirtió el país se encareció ya que la inflación subió en un 45% entre junio del 2007 y junio del 2015. Esto en contraste con países vecinos como Colombia y Perú y el mismo EEUU que tuvieron valores menores.
Por estos y otros factores, Albornoz dijo que la bonanza por los precios del petróleo fue mal manejada.
De igual manera se presentó el consultor venezolano, Asdrubal Oliveros, quien expuso la crisis de Venezuela a la que calificó como la peor que ha vivido esa nación en las últimas décadas.
Indicó que la economía de ese país vive un período de colapso, pese a haber recibido en los últimos 16 años más de un billón de dólares (millón de millón de dólares) en ingresos petroleros por los altos precios.
El endeudamiento de este país llega a cerca del 100% del PIB porque la petrolera estatal PDVSA hizo emisiones por USD 22 000 millones, el Gobierno emitió deuda por más de USD 27 000 millones y China ha dado préstamos por USD 24 000 millones.
Por ello, de cada 100 barriles que Venezuela exporta, 60 sirven para pagar la deuda externa.
Señaló que por el mal manejo y el excesivo gasto público, además del control de cambio y control de precios, la economía venezolana ha caído en los últimos años y vive inflaciones que van del 250% al 704% anual según los productos. Esto se refleja en escasez de productos y colas.
Indicó que al ser un modelo económico inviable, se espera que cambie en el corto plazo.