Cynthia Viteri se acopló a las campañas todo terreno

La postulante culminó con una caravana en Guayaquil junto a Jaime Nebot. Foto: Enrique Pesantes / EL COMERCIO

La postulante culminó con una caravana en Guayaquil junto a Jaime Nebot. Foto: Enrique Pesantes / EL COMERCIO

La postulante culminó con una caravana en Guayaquil junto a Jaime Nebot. Foto: Enrique Pesantes / EL COMERCIO

Desde lo alto de un balcón, una adulta mayor le lanzó granos de arroz en señal de buen augurio. Luego, con su mano, le dibujó una bendición. Desde la calle 28 de Mayo, en el centro de Mocache (Los Ríos), Cynthia Viteri alzó la mirada; la saludó y agradeció el gesto.

Unos pasos más adelante, la candidata del Partido Social Cristiano (PSC) se acercó rápidamente a un grupo de mujeres. Ellas la rodearon y la abrazaron. Este episodio se vivió entre gritos de “mujeres al poder” y ‘selfies’.

En ese momento, la postulante recibió a un niño de ocho meses de nacido en sus brazos. Cerró los ojos, lo besó en la frente y les dijo a las mujeres que las entiende porque también es madre de cinco hijos y que trabajará por el bienestar de la familia.

Eran las 14:30 del sábado 28 de enero y la socialcristiana había cumplido la mitad de su campaña proselitista, que ese día fue denominada “caravana maratónica”. Esto porque en once horas caminó, encabezó caravanas y se reunió con dirigentes gremiales agrícolas en Quevedo y Mocache (Los Ríos). También, recorrió el suburbio de Guayaquil.

Las mujeres y agricultores fueron el centro de la jornada. Ese día las actividades empezaron a las 10:30 con una rueda de prensa en la parroquia San Camilo, en el cantón Quevedo. Dos horas antes ella había salido desde Guayaquil en una “avioneta prestada”.

La candidata dijo ante los medios locales que su gobierno se enfocará en reactivar el agro y apoyar a las mujeres.

Luego subió a un jeep y reemplazó su blusa café por una rosada. Las banderas amarillas del PSC sirvieron para cubrirla, mientras se cambiaba. Susana González, jefa de campaña, y Mónica Zamora, asistente personal, la ayudaron.

La caravana partió desde San Camilo y se dirigió hasta el centro de Quevedo. Al paso de Viteri se movilizaron camionetas con megáfonos desde donde se escuchaba que la candidata ya estaba en la segunda vuelta electoral. Una chiva con simpatizantes, tambores y trompetas amenizó.

Una vez en el centro de la ciudad, en la intersección de las calles Bolívar y Sexta, Viteri bajó del vehículo para caminar. En ese momento –a las 12:30- la socialcristiana recorrió unas cinco cuadras. Al grupo, que lo conformaban dirigentes y candidatos del PSC en Los Ríos, se unió el alcalde de Babahoyo, Johnny Terán.

La caravana avanzó hasta el sector El Control, en la vía a Buena Fe. Cerca de las 13:00 se realizó una reunión-almuerzo con dirigentes del sector agrícola, una cita se sumó a la agenda ya prevista. En la misma casa de la coideraria, Viteri se duchó y almorzó cebiche de camarón -en privado-. Eso le llevó media hora. Luego, reapareció ya con un ‘jean’ y reiteró en un corto diálogo a los invitados que reactivará al sector agrícola para que los campos “sean nuevamente verdes”.

A las 14:00, el grupo salió en dirección a Mocache. Viteri encabezó la caravana y saludó a sus simpatizantes en el mercado municipal. Lo jornada se extendió más de lo previsto. A las 15:30 la candidata decidió no participar en un evento previsto en Quinsaloma. A las 16:30 tenía otra en Guayaquil, junto al alcalde Jaime Nebot.

A la ciudad llegó cerca de las 17:00 luego del viaje en avioneta. La caravana ya había partido desde el estadio de Barcelona y debía alcanzarla. Ya no hubo tiempo para cambiarse.

Viteri se unió a la jornada a la altura de la calle D, en el Suburbio. Bajó de su auto y pidió a un motociclista, que era parte de sus seguidores, que la trasladara hasta el camión en el que estaba Nebot, al frente de la caravana de su partido.

Así, la tarde proselitista se extendió hasta cerca de las 19:00. Viteri dijo no sentirse cansada, pues está acostumbrada a las intensas campañas, a todoterreno, para conseguir llegar a los electores en cualquier sitio del país.

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