Curso de guías se suspende en medio de crisis carcelaria en Ecuador

Un grupo de aspirantes a guías llegó el martes a la Plaza Grande para pedir que el proceso de selección no se suspenda. Foto: cortesía

Un grupo de aspirantes a guías llegó el martes a la Plaza Grande para pedir que el proceso de selección no se suspenda. Foto: cortesía

Un grupo de aspirantes a guías llegó el martes a la Plaza Grande para pedir que el proceso de selección no se suspenda. Foto: cortesía

La noticia sorprendió a los aspirantes a guías penitenciarios. El curso de formación, que era la última fase para convertirse en celadores, no se realizará. La disposición consta en un documento emitido ayer, 21 de octubre del 2020, por la autoridad a cargo de las cárceles en el país.

La resolución 2020-005, expedida por el Servicio Nacional de Atención a Personas Privadas de Libertad (Snai), señala que el proceso de selección iniciado en agosto del 2019 “no va a continuar”. ¿La razón? La entidad aclara que es por “falta de recursos, al no haberse asignado el presupuesto necesario por parte del ente rector de las finanzas públicas”.

Entre las 10 páginas de ese documento hay otro artículo en el cual consta que el Servicio a cargo del sistema carcelario resolvió “pedir disculpas públicamente a las personas que postularon al proceso de convocatoria y selección”. Se aclara, además, que de haber “una nueva convocatoria en este año o en el siguiente”, tendrán preferencia quienes participaron en el concurso que acaba de suspenderse y que resultaron aptos en las pruebas previas.

La resolución del Snai se realizó tras la intervención de la justicia. El 6 de octubre, una jueza ordenó al Snai emitir, en el término de 15 días, “una resolución debidamente motivada” para saber si el curso de formación de guías continuaba o no. También dispuso que se ofrezcan disculpas públicas “por la vulneración del derecho a la seguridad jurídica”.

Los 496 jóvenes que habían llegado a esta última fase del proceso calificaron de “una burla” la resolución de la Snai. Néicer Barragán, uno de los postulantes, se siente engañado, pues dice que les realizaron una serie de ofrecimientos, en distintas fechas, sobre el posible inicio de
las capacitaciones.

“Nos dijeron al inicio que no se hacía (el curso) por la readecuación de las instalaciones, luego por problemas en los sistemas”, señaló el joven que trabaja en la cosecha de cacao en Los Ríos. Él ayuda a su familia con sus ingresos de USD 320.

Danilo, quien prefiere reservarse su apellido, también habla de engaños y de falta de seriedad. Él trabaja como ayudante de albañilería en Latacunga. Gana unos USD 10 al día y dice que buscaba ser guía para mantener a su hijo de 7 meses. Por eso invirtió USD 1 000 en el proceso de selección. “Yo me imaginaba a estas alturas con un salario fijo, tras cumplir con todos los requisitos. Nunca pensé estar así”.

Los aspirantes pagaron por exámenes médicos e invirtieron en ropa y útiles de aseo que constaban en una lista enviada por el Snai, en una comunicación del 25 de octubre.

Los aspirantes que vivían en otras provincias costearon además sus viajes a Quito. Es el caso de Cecilia Mina, quien tuvo que hacer viajes de Guayaquil a la capital. Renunció a su trabajo como guardia para cumplir con todas las pruebas.

El fallido proceso de selección de nuevos celadores se oficializó en medio del estado de excepción que rige en las cárceles hasta el 10 de noviembre.

En el plan de acción para enfrentar los problemas de violencia en los centros penitenciarios está tener más agentes. El propio Snai, en la resolución de ayer, reafirmó “la necesidad de contar con personal suficiente, tanto para seguridad penitenciaria como para rehabilitación social”.

Este requerimiento fue expuesto en el estado de excepción de mayo del 2019. En informes de ese año se dijo que era urgente contar con al menos 500 agentes adicionales, pero nunca se concretó.

De hecho, en las 56 cárceles del país trabajan 1 469 agentes; y hay 38 300 privados de libertad. La cifra representa un déficit en comparación con los estándares internacionales, que plantean un celador por cada 10 presos. Para cumplir con esa meta, se necesitan otros 2 361 custodios.

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