Redacción Guayaquil
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Llegaron con cuadernos y plumas. La mañana de hoy, el auditorio del Liceo Cristiano de Guayaquil se convirtió en un salón de clases. Ahí, unos 600 maestros de planteles particulares participaron en la primera jornada de socialización de la actualización del currículo para la educación básica.
Atentos y en silencio, los educadores conocieron los ajustes al modelo educativo, que se aplicarán desde septiembre de 2010 en la Sierra (de primero a séptimo de básica) y en 2011 en la Costa (de primero a décimo).
La viceministra de Educación, Gloria Vidal, aseguró que como base se tomó en cuenta la reforma curricular de 1996. De ahí que no se trata de un nuevo modelo, sino de una actualización.
El modelo de 1996, que estuvo vigente por 13 años, entró a revisión en 2007. A través de una evaluación, que cubrió el 14% del sistema educativo, se llegó a una conclusión: la reforma curricular no llegó al aula.
Por ello se plantearon modificaciones. “Descubrimos que el error no estaba en la concepción del currículo, sino en la forma en que se llevó a la práctica”.
Los cambios se aplicarán en cuatro áreas: Matemática, Lengua y Literatura, Ciencias Naturales y Estudios Sociales.
A través del ‘mesocurrículo’, como se conoce a esta actualización, se busca cambiar el paradigma tradicional, ligado a la memorización. Ahora se propone valorar el razonamiento y la capacidad para aplicar los conocimientos a la vida cotidiana.
Por ejemplo, en matemática no solo se valorará la rapidez para resolver un problema, sino cómo se aplica el pensamiento lógico para solucionar problemas de la vida real. En lenguaje no solo se fomentará el aprendizaje de reglas gramaticales, sino también la capacidad de interacción y el gusto por la lectura.
El análisis del currículo estuvo a cargo de 13 especialistas. Su reestructuración duró 11 meses.
Como primer paso se identificaron cuatro problemas básicos. Con la ayuda de un proyector, Pablo Cevallos, subsecretario de Calidad Educativa, mostró cada uno de los inconvenientes.
La falta de articulación entre los modelos de enseñanza de los 10 niveles y la falta de evaluaciones para medir la calidad educativa son parte de los problemas.
“Ya planteamos las soluciones. Ahora estamos programando cursos para que los maestros, también los públicos, conozcan los cambios”, señaló Cevallos.
Para resumir las casi 600 páginas de los 10 currículos actualizados, Susana Araujo, directora Nacional de Currículo, presentó sus ejemplos. Desde el podio, planteó un objetivo para quinto año en matemática: “Aplicar estrategias de conteo con números de hasta seis cifras para resolver problemas de la vida cotidiana”.
En los asientos, los maestros tomaban apuntes. Algunos, como Blanca Cornejo, vicerrectora de la Unidad Educativa María Mazzarello, hicieron sus propuestas. “Hay falencias en cuanto a destrezas. Se debe trabajar más en el saber hacer y en el saber ser”.
Roberto Briones, presidente de la Federación de Establecimientos Particulares de Educación Laica de Guayas, sostuvo que varios planteles privados ya aplican los cambios. Y sugirió que el plan se comience a aterrizar en la educación pública.