En escena, Humazapas presenta varios rituales de fiestas indígenas locales.Foto: Cortesía Wahington Maldonado.
El Ángel Kalpay (Ángel que corre, en español) es el encargado de rezar por los almas de las personas que han fallecido. Antes del 2 de noviembre, Día de los Difuntos, el personaje que viste de blanco recorre, de casa en casa, las comunidades indígenas de Imbabura.
Esta tradición kichwa se mantiene, especialmente, en Cotacachi y Otavalo. Según Tamya Andrango, integrante del Colectivo de Investigación Musical y Dancística Humazapas (Cabezón), esta tradición -que refleja el nexo entre el hombre y la espiritualidad- corría el riesgo de desaparecer.
Sin embargo, Andrango, junto con ocho bailarines y 10 músicos, han rescatado esta práctica ancestral y la pondrá en escena. La próxima semana estrenarán este trabajo en el Museo Otavalango, de Otavalo.
De acuerdo con la cosmovisión andina, durante la visita el Ángel Kalpay dirige los rezos del padrenuestro y las avemarías. Previamente, arriba a los domicilios y cementerios haciendo sonar una pesada campana de bronce.
Como muestra de agradecimiento, los deudos entregan alimentos y frutas, como: pan plátanos, naranjas, mandarinas, papas cocinadas…
Durante un año, los integrantes de Humazapas, la mayoría oriundos de la comunidad de Turuco, en Cotacachi, hicieron una investigación. Recolectaron detalles de la celebración fúnebre, entre los taitas y mamás de la zona rural.
El repertorio de la agrupación también incluye la manera en los que indígenas del pueblo Otavalo celebran los matrimonios, el Corpus Christi, la fiesta de San Juan, entre otros.
Esta vez, el dinero que recolecten por la presentación en el Museo Otavalango lo destinarán a realizar un homenaje a los adultos mayores, durante la celebración de la Navidad.
De acuerdo con Jesús Bonilla, director de Humazapas, con ello buscan recompensar en algo los saberes que les han entregado los ancianos.
Uno de ellos era Ángel Sánchez, recientemente fallecido. Él enseñó a las nuevas generaciones a entonar los sucus o flautas traversas elaboradas con cañas de carrizo.
La agrupación juvenil ha rescatado también ritmos musicales tradicionales. Entre estos: chimbapura, jalima, walin walin y fandango. Este último es un ritmo alegre, que solo se interpreta en el velatorio de un niño o wawa wañuy.
El grupo Humazapas tiene dos años de trayectoria. En septiembre último se presentaron en la Casa de la Cultura Benjamín Carrión, de Quito, con la obra ‘Allichu Imacha’.
Esta recoge celebraciones como Ñawi Maylla (Lavado de Cara), que se realiza el segundo día de matrimonio, en San Juan, en el baile de los Abagos…
Estos últimos son personajes que aparecían en el Corpus Christi para anunciar la llegada de la celebración de San Juan.
Los músicos de Humazapas lucen máscaras, caballera blanca y vistosos trajes.
Según Lenin Alvear, director del Museo de Cotacachi, Humazapas ha contribuido a la investigación etnológica.