Jim Henson fue el creador de Los Muppets. Su propuesta nació en 1955, pero en 1969 se unió al grupo de ‘Plaza Sésamo’ para aportar a la formación de los niños. El primer personaje que desarrolló para Plaza Sésamo fue Big Bird.
La serie marcó un hito en la televisión educativa y buscaba acortar las desventajas de los llamados ‘niños problema’. Ha ganado 193 Premios Emmy y 10 Grammy y sigue vigente.
‘Plaza Sésamo’ (Sesame Street) ha influido en tres generaciones. Desde su nacimiento, en noviembre de 1969, revolucionó la televisión y explotó su filón educativo.
Todo empezó a finales de 1960, cuando los maestros Joan Ganz Cooney y Lloyd Morrisett realizaron una investigación sobre los potenciales usos de la televisión en la educación preescolar. El trabajo de 72 páginas, que fue presentado a la Escuela de Posgrado de Educación de la Universidad de Harvard, estuvo basado en la situación educativa de los llamados niños problema o ‘disadvantaged children’, que representaban unos 12 millones en Estados Unidos (afroamericanos, latinos y blancos pobres).
Al ver los resultados de la investigación, un equipo liderado por un psicólogo evolutivo se unió a los fundadores, para desarrollar un análisis de la psicología infantil y la manera de aprovechar el relativamente nuevo medio, la televisión, para crear lecciones entretenidas para niños.
La idea era crear un programa que ayudara a los niños de escasos recursos y que pertenecieran a minorías, de entre 2 y 5 años, a superar algunas deficiencias que podrían tener al entrar a la primaria. Los sociólogos y educadores habían detectado que los niños blancos y de clases sociales más altas solían llegar mejor preparados.
Pero esta formación no se centraba solo en los temas académicos sino también en circunstancias de la vida, como la muerte, el amor, el divorcio, los trastornos educativos, etc.
Para ello, los realizadores acudieron al marionetista Jim Henson, quien había creado a Los Muppets en 1955. En un principio, el artista no estaba seguro de colaborar en este proyecto, pero llegó a un acuerdo: él obtendría las ganancias de todos los productos que se hicieran con la imagen de los muñecos.
Así, Henson creó personajes exclusivos para Plaza Sésamo, como Big Bird (que se transformó en Abelardo), el Monstruo Comegalletas, y los famosos Beto y Enrique. A estos ‘muppets’ se unieron cuatro personajes humanos, un elenco multirracial que representó un hito en la TV de la época.
Uno de ellos, Will Lee, falleció de un ataque cardíaco en 1983. Pero los creadores encontraron en este problema la mejor forma de explicar a los niños sobre la muerte. De la mano de Big Bird se explicó a los millones de niños que veían el show que las personas que mueren viven en los recuerdos de quienes las conocieron.
Antes de lanzarse en este plan, los ejecutivos pusieron a prueba el guión con un grupo de pequeños, para estar seguros de que iban a entender el mensaje, según explicó a la BBC el profesor de Harvard y asesor del programa, Joe Blatt, para estar seguros de que los niños entendieran el mensaje.
El éxito que tuvo en Estados Unidos hizo que pronto se extendiera a varios países del mundo. México, Brasil y Alemania fueron los primeros países en trasmitir versiones dobladas de ‘Plaza Sésamo’ a comienzos de los 70.
Esto obligó a que otros personajes de Los Muppets también se unieran a esta propuesta, que recrearan realidades de los lugares adonde llegaban, para ayudar a que los niños entiendan los problemas que afectan a su región del mundo. En Sudáfrica apareció el personaje marioneta Kami. Ella es huérfana, VIH positiva y su madre murió de sida. En Afganistán, en cambio, Zari y su hermano Zeerak luchan por la equidad de género.
Este año se creó a Karli, una muppet verde con cabello rubio, cuya madre lucha contra la adicción a las drogas. Según un comunicado de la productora Sesame, el papel de Karli (una niña de 6 años y medio) es necesario, ya que 5,7 millones de niños menores de 11 años en EE.UU. tienen un padre adicto.
El programa de TV ha tenido tanto éxito que ha producido casi 5 000 episodios en Estados Unidos, ha ganado 193 Premios Emmy y 10 Premios Grammy y ha sido visto por más de 120 millones de niños en 150 países.
Es conocida la leyenda de Beto y Enrique. El año pasado, Mark Saltzman, quien fuera guionista de la serie, confesó a la revista Queerty que Beto y Enrique fueron pensados como una pareja homosexual. “Cuando escribía Beto y Enrique, cuando pensaba en ellos, eran pareja. No tenía otra forma de concebirlos, de contextualizarlos”, afirmó.
De hecho, ellos eran la representación de Saltzman y de su pareja, el cineasta Arnold Gassman. Sin embargo, Sesame Workshop, productora de la serie, negó esta afirmación y dijo que las marionetas no tenían orientación sexual.
Entredichos aparte, el programa cumplió 50 años de entretener y educar con éxito.