La pasión por la literatura a través del teatro en un obra de Distópico Teatro

Salome Velasco, Fernanda Corral, David Noboa y Patrick Valembois, en la obra. Foto: Vicente Costales / El Comercio

Salome Velasco, Fernanda Corral, David Noboa y Patrick Valembois, en la obra. Foto: Vicente Costales / El Comercio

Salome Velasco, Fernanda Corral, David Noboa y Patrick Valembois, en la obra. Foto: Vicente Costales / El Comercio

Cuatro famosos escritores reaparecen en un tiempo que no es el suyo para ser protagonistas de ‘El holocausto de las letras’. La obra se estrena el próximo fin de semana en el teatro Malayerba, donde también habrá venta de libros.

Esta es la sexta obra producida por la compañía Distópico Teatro, y cuenta con texto y dirección de Eduardo Hinojosa.

La obra se centra en el espíritu de un grupo clandestino de escritores que se reúne para formular un plan que acabará con un régimen que controla y prohíbe la lectura. Sistema, dice Hinojosa, que no es otro que el de la globalización del entretenimiento en la era digital, donde el placer de leer un libro ha sucumbido ante los relatos virtuales de una pantalla.

Frente a esa realidad el dramaturgo y director quiteño conjuró a sus protagonistas, que enfrentarán conflictos personales y grupales que los llevarán a una serie de enredos provocados por las misteriosas ideas de Agatha Christie, la imaginación desbordante de Julio Verne, los ideales de Virginia Woolf y la oscura personalidad de Édgar Alan Poe.

La obra, dice Hinojosa, empezó a escribirse en septiembre de 2018, pensando en un público juvenil y adulto, con la idea de mostrar la lucha que cada autor vivió en su época para escribir su obra y despertar curiosidad en sus letras.

Sobre el escenario, los cuatro autores: David Noboa, Salomé Velasco, Fernanda Corral y Patrick Valembois, aparecen desconcertados frente a un desolador futuro, que es el presente del espectador.

Noboa se reencontró con uno de sus escritores favoritos, Julio Verne, un visionario que en la obra muestra su faceta más anárquica y pesimista, al darse cuenta que todo lo bueno y lo malo que se imaginó se hizo realidad.

Velasco destaca el esfuerzo individual por indagar en el pensamiento humano que atraviesa la obra de su personaje Virginia Woolf, mientras que Corral le imprime una esencia más pragmática y metódica a Agatha Christie. Valembois completa el cuarteto con una representación ensimismada y oscura de un Alan Poe perseguido por la tragedia.

Con un vestuario de época y mínima escenografía, el relato incorpora números musicales y performance para crear imágenes que sobrepasan el realismo. Además, el contraste de personalidades conduce la historia por el lado del drama, con pintas de humor donde los guiños literarios abundan.

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