La compañía española Cíclicus presenta Pals, una obra de circo-teatro, en el Teatro Sánchez Aguilar (TSA). Foto: Cortesía TSA
El primer impulso, el primer estímulo de creación de ‘Pals’ (palos, en catalán), una obra de circo-teatro de la compañía española Cíclicus, surge de un trabajo de investigación técnica con la madera que se usa en los corrales españoles.
El proceso de experimentación se inició en 2011 “a fuego lento” y desembocó en la creación de toda una familia de aparatos de circo y en una obra estrenada en mayo pasado en Argentina.
Pals cuenta la historia de una compañía ambulante que emprende un viaje para despedir a un compañero muerto y encontrar un lugar donde depositar sus cenizas, un relato “nada usual” para un lenguaje que se ha limitado casi siempre a lo festivo
. La pieza propone un “viaje emocional” y “otro tipo de historia circense”, según el director argentino Leandro Mendoza.
La elaboración de los aparatos y la dramaturgia, a cargo de Mendoza, confluyen en números de circo (funambulismo, acrobacias, malabarismo) con elementos rústicos y naturales.
La pieza sube al escenario del Teatro Sánchez Aguilar (TSA), de Samborondón, este viernes 28 de agosto y se mantendrá en cartelera tres fechas, hasta el próximo domingo 30 de agosto.
“El artista de circo hace ahora mucho más performance y no solo se limita al exhibicionismo de lo ‘más difícil todavía’”, explicó Mendoza, director de la compañía y creador de la pieza, un argentino que vive 20 años en Cataluña. “El circo pasa a ser una herramienta más de las artes escénicas. Si se relaciona con el teatro, cuenta una historia; si se relaciona con la danza, genera una emoción en el movimiento…”.
Con siete artistas en escena, entre 22 y 70 años, con diferentes pesos y fisonomías, la obra explora los conceptos de cambio y transformación, mezcla improntas de las tradicionales compañías ambulantes circenses con un lenguaje contemporáneo.
El circo está ligado a la geometría de la carpa, a una estructura que soporta fuerzas, cargas y ángulos, en el caso de ‘Pals’ los dispositivos son autoportantes.“Uno de los retos era hacer unos aparatos que no lleven anclaje al suelo, porque muchos teatros no están preparados para recibir tensiones grandes”, indicó el director de la compañía. “Utilizamos la geometría para crear estructuras que sean autoportantes y si necesitamos anclajes o pesos usamos a los mismos artistas”.
Mendoza concluyó un proceso de audiciones con artistas circenses ecuatorianos y espera montar con los nueve seleccionados una obra de circo contemporáneo a mediados del próximo año, en una producción del TSA. Los artistas trabajarán en este caso con bambú o caña guadúa, un material identitario de Ecuador.
“La metáfora de la gran acción del espectáculo va a ser que llegamos a un guadual, lo habitaremos y los transformaremos como lo que tenemos que hacer en el circo ecuatoriano, un circo muy informal, en una situación virgen”, dijo.