Gabriela Alemán Foto: Archivo EL COMERCIO
Con ‘La muerte silba un blues’ (Penguin Random House, 2014), Gabriela Alemán vuelve a confirmar uno de los mandamientos de su creación (y que pudiera resumirse así): Sin facilismo, sin acomodo, sin fórmulas.
Con su más reciente libro de relatos, Alemán se ratifica en una actitud: la búsqueda es incesante.
La escritora ecuatoriana, que no hace mucho formó parte de la selección Bogotá 39 (autores latinoamericanos de 39 años, cuyas obras fueran sólidas y de proyección internacional) y autora de seis libros, quiere jugar, explorar e inventar en este libro y lo hace con soltura.
‘La muerte silba un blues’ de Gabriela Alemán
Los 10 relatos que componen este viaje literario son antecedidos por un prólogo que precisa que se trata de una especie de homenaje al director de cine español Jesús ‘Jess’ Franco (1930-2013).
De hecho, comienza preguntándose: “¿Qué pasaría si un libro de ficción tomara prestados los métodos de producción de un director de cine? ¿Si las atmósferas tuvieran tanto peso como las historias y aparecieran, una y otra vez, los mismos personajes en los relatos”.
Cada relato lleva el título de una película de Franco. Pero el español no hacía cualquier cine, lo suyo era el ‘gore’ (una conjugación de terror y morbo con violencia muy gráfica). Y los textos de Alemán recogen apropiadamente ese espíritu, desde una violencia contenida (como los gritos mudos de las pesadillas), con buen despliegue de manejo psicológico de las atmósferas y los personajes.
El relato con el que comienza el libro, ‘El extraño viaje’, reinventa el incendio de Radio Quito (acaecido en 1949 en la vida real, y cuyo nombre nunca se menciona) dándole un vuelco insospechado a ese hecho que causó conmoción social en la ciudad; y con él trae reminiscencias de otro relato suyo, publicado en el libro ‘Álbum de familia’ (Cadáver Exquisito, 2011), en el que arma una historia alrededor de la famosa estafa del Notario Cabrera, que dejó cientos de perjudicados a lo largo de todo el país.
En ‘El extraño viaje’ hay fragmentos que emulan una narración radial, y el manejo del lenguaje y los ritmos que impone la autora le dan completa verosimilitud a lo que el lector casi puede escuchar, porque está escrito de tal manera que parece que alguien estuviera, efectivamente, hablando.
Entre los puntos que merecen énfasis está la versatilidad en el uso del lenguaje y de los escenarios; igual de poderoso es el diario de una extranjera en el Ecuador de los años 40 (‘Beautiful but dangerous’), que un niño de cuatro años asesinando (¿involuntariamente?) a un conejo (‘Venus in furs’).
A lo largo de los relatos, Alemán va salpicando frases filosas como cuchillos olvidados al azar en sitios donde alguien pudiera hacerse daño, sin querer: “(…) sospechando que la vida podía ser algo más que un largo listado de estafas”; “Eso es Ecuador, un poderoso anacronismo”; o “(…) existe cierta delicadeza en la desgracia. Cierto tacto que permite que la vida continúe y que se inscriba dentro de la sensación de que algo no se fracturó para siempre”.
Sobre todo ‘Beautiful but dangerous’ logra un tono vívido y conmovedor en la manera de narrar, pero también en aquello que narra: la anticipación, la sorpresa, el desencanto, la resignación… de la que todos hemos sido presas alguna vez.
El libro se presenta mañana en Quito, a las 19:30, en la Asociación Humboldt (Polonia y Vancouver), y el jueves 31 en Guayaquil (Mr. Books).