Inicio de la primera fase de los trabajos de excavación para la búsqueda de la fosa común donde podría yacer los restos del poeta Federico García Lorca junto a otros fusilados en terrenos a las afueras de Alfacar (Granada). Foto: EFE
Bajo toneladas de tierra, en un rectángulo de diez por veinte, descansa una esperanza histórica, la de encontrar el cuerpo del gran poeta español Federico García Lorca, asesinado en los comienzos de la Guerra Civil española y cuyo hallazgo supondría dar descanso al “gran desaparecido” de la contienda.
Así lo cree Javier Navarro, arqueólogo de la Universidad de Zaragoza y miembro de la Asociación Regreso con Honor, promotora de los trabajos.
La mañana del lunes 19 de septiembre de 2016 arrancaron en Alfacar (Granada) las excavaciones para encontrar el cuerpo del poeta, asesinado en los albores de la guerra que partió a España en dos.
Es la tercera vez que se excava en la zona, pero en esta ocasión los investigadores están más seguros que nunca de que hallarán los restos. “Estamos muy animados, todo avanza como estaba previsto”, cuenta emocionado a DPA Navarro, ansioso por que las máquinas terminen de vaciar el terreno y él pueda ponerse a trabajar.
Ahí, en la zona a excavar, se intentó construir un campo de fútbol en 1989. Se realizaron obras de explanación por parte del ayuntamiento de Alfacar y se colocaron toneladas de tierra.
La hermana del poeta, Isabel García Lorca, logró paralizar el proyecto, pero ya era demasiado tarde. “Estamos en la fase de quitar los materiales de relleno que se emplearon en su día para construir una plataforma sobre la que se iba a construir un campo de fútbol. En algunos lugares hay hasta seis metros de profundidad”, explica el arqueólogo.
Tres de los ejecutores, en los años setenta, señalaron el peñón del Colorado como lugar exacto del crimen. Foto: EFE
El gran problema de esta búsqueda, apunta, “es que el paisaje antiguo ha desaparecido bajo estos materiales de tierra echados aquí”.
Por ello han tenido que acudir a pruebas geofísicas y geoarqueológicas para tratar de “recomponer el paisaje tal y como era anteriormente”. También se han utilizado fotografías aéreas e históricas para delimitar una zona de 10 por 20 metros, donde están casi convencidos de que podría encontrarse Lorca con sus compañeros de muerte, el maestro republicano Dióscoro Galindo y los banderilleros anarquistas Francisco Galadí y Joaquín Arcollas.
Como tantos otros represaliados en la Guerra Civil española, Lorca fue asesinado la madrugada del 19 de agosto de 1936 por razones aún desconocidas ya que durante su vida no declaró afinidad política alguna. Tenía 38 años y ya era uno de los poetas más reconocidos del país.
Aunque no hay consenso sobre las razones de su muerte, hace unos meses salió a la luz un informe de la Policía franquista, fechado en 1965, que definía a Lorca como “socialista y masón” y que le acusaba de “prácticas de homosexualismo“. Miguel Caballero, uno de los historiadores que más ha indagado en los últimos días de García Lorca, cree que la gran causa de su asesinato fue “la venganza” por “viejas rencillas” familiares.
En una reciente entrevista con DPA contaba que está seguro de que el poeta de ‘Romancero Gitano‘ y ‘Poeta en Nueva York’ “con toda seguridad fue asesinado y enterrado allí”, pero “es como buscar una aguja en un pajar, porque hay toneladas de tierra encima”, dijo.
Está convencido de ello por los testimonios de tres de los ejecutores que en los años setenta señalaron el peñón del Colorado como lugar exacto del crimen.
Allí se encontraba un campo de instrucción de las tropas de Falange y había unos pozos que se hicieron para buscar agua y que, al no encontrarse, quedaron abiertos y fueron utilizados en la guerra como fosa común. Encontrar esos pozos, por lo tanto, es el principal objetivo.
Además de la alteración del terreno los investigadores se han encontrado con un escollo fundamental, la falta de presupuesto para realizar los trabajos. Así, la delimitación para excavar ha tenido que ser “muy precisa” ya que “los recursos son muy escasos”, cuenta Navarro.
Gracias a las donaciones particulares en la cuenta de Regreso con Honor hasta ahora tienen dinero para llegar hasta los cuerpos, en caso de encontrarlos. Sin embargo, tendrían que conseguir al menos otros 4 000 euros para poder realizar un estudio antropológico y genético que confirme su identidad.
Aunque, en su opinión, las autoridades deberían asumir estos costes porque encontrar a Lorca, “el gran desaparecido” de la Guerra, sería un suceso de gran importancia histórica.
Pese a que las familias de los banderilleros y el maestro apoyan la búsqueda, la de Lorca sigue sin dar su brazo a torcer. Sus sobrinos reiteran que su tío debe descansar ahí, igual que los miles de ejecutados aquellos días oscuros que fueron tirados a fosas improvisadas, a barrancos o enterrados en cunetas.