Los restos óseos que se encontraron en el sitio se exhiben un la planta baja del centro cultural. Foto: Jacqueline Beltrán/ EL COMERCIO
Las paredes de adobe, la pintura mural, las vigas de madera en los tumbados… evocan el estilo colonial de la antigua escuela central La Inmaculada, un inmueble patrimonial ubicado en el centro de Cuenca, en el sur del Ecuador, convertido ahora en un espacio cultural y de interpretación histórica.
Este inmueble, que ahora pertenece al Municipio de Cuenca, abrió sus puertas el 9 de abril de 2015, tras casi 10 años de abandono y dos de restauración. El nuevo centro tiene tres funciones, será un lugar de promoción cultural, un espacio formativo y un área de reunión y participación ciudadana, dijo la directora Municipal de Cultura, Eliana Bojorque.
Este es el centro cultural público más grande de la capital azuaya, que se convierte en el Museo de la Ciudad. Tiene salas de exposición, cuartos de talleres, áreas de reuniones, un auditorio y tendrá una biblioteca y un punto de información turística.
Un patio grande rodeado de cuatro bloques de construcción da la bienvenida a los visitantes, que pueden iniciar su recorrido por diferentes espacios. En el costado derecho está la sala que guarda los restos óseos y arqueológicos que se encontraron en el sitio cuando inició la primera intervención.
Son huesos pequeños, que están recostados sobre una especie de fosa, rodeada de los antiguos canales de agua. Según los historiadores, están ahí porque el primer uso de este inmueble fue un hospital y los muertos se enterraban en el mismo lugar, porque no había recursos para llevarlos a un cementerio, explicó Bojorque.
En la planta baja también está el auditorio, una biblioteca municipal que se está equipando, un punto de información turística y un área especial para niños. Las salas de exhibición están en la segunda planta, son tres bloques que fueron restaurados de forma íntegra. En ese espacio funcionaban las aulas de clases y una capilla.
La sala de exhibición será para presentar diferentes propuestas artísticas, galerías, colecciones, instalaciones y otras actividades culturales. Hasta mayo estará abierta la muestra Yupana Emergente, que ocupa los tres bloques de exhibición.
Una de las tareas más complejas fue encontrar el color original de las paredes para su recuperación. Fue un trabajo manual, capa por capa que se hizo con materiales tradicionales, como huevo y tierra de colores. En toda la edificación se reutilizó el 70% de los materiales originales.
Hay un edificio nuevo que se construyó durante la restauración. En ese espacio están las oficinas administrativas y una sala de capacitación, para los talleres y otras actividades formativas que se desarrollen en el lugar.
El nuevo centro cultural funciona de lunes a viernes de 09:00 a 18:00 y los fines de semana hasta las 13:00, esos días hay guías que cuentan la historia del inmueble y su importancia en la urbe. El ingreso es gratuito.