El baile de la Chola Cuencana es una de las principales representaciones de este grupo de la Universidad de Cuenca. Foto: Cortesía Ballet Andino Causanacunchic
El ballet andino Causanacunchic, de la Universidad de Cuenca, realizará más de 30 presentaciones en España, Francia e Italia, entre mediados de julio y finales de agosto próximos. Llevarán un repertorio de danzas de los saraguros, cañaris, otavalos, salasakas, cayambes, afro, shuar…
Dentro de sus actuaciones también presentarán pasacalles de Guayas y El Oro y harán un homenaje a compositores de la capital azuaya, como Rafael Carpio Abad, autor de la música de la Chola Cuencana.
Las presentaciones tendrán como sedes principales Burgos y Bilbao (España), Dijón (Francia) y Bergamo (Italia) y desde esas urbes visitarán las ciudades aledañas. Son 90 minutos de repertorio, que presentarán según el tiempo y el espacio que les concedan en los diferentes festivales, dice el coordinador del grupo, Martín Sánchez.
Tendrán el acompañamiento musical del grupo De Raíz, de la Universidad de Cuenca, que está dirigido por Andrei Pacheco. 35 integrantes componen la delegación para esta gira; son 24 bailarines del ballet, ocho del grupo musical y tres técnicos y directivos.
No es la primera ocasión que presentan su arte en el exterior. Antes estuvieron en Perú, Colombia, Chile, Argentina, México, Paraguay, Brasil, Panamá, España y Portugal.
En estos dos últimos países estuvieron hace dos años, concretamente en las ciudades de Faro (Portugal) y Villa Blanca (España). Allí, se hicieron conocer para ahora ser invitados por los organizadores de estos festivales en Francia, Italia y España, dice Sánchez.
Causanacunchic es parte de la Universidad de Cuenca desde el 2008 y recibió ese nombre kichwa, que significa Estamos Vivos. Antes fue un grupo independiente.
Cuenta con 28 integrantes de planta y otros 24 que están en formación, entre mestizos e indígenas saraguros, principalmente. Cada dos años se organiza un proceso de formación con una convocatoria abierta a estudiantes de la universidad y al público en general.
Los inscritos se capacitan en ritmo y motricidad en un taller de cuatro meses, a cargo del maestro Fabricio Alvarado. Aprenden desde las bases y no tienen presentaciones. Al final participan de una audición, si lo aprueban se convierten en integrantes de planta.
Tienen más de 35 danzas con un repertorio fijo y aparte obras que están en archivo y que se recrean cuando es necesario. También, hay montajes que fueron solicitados, asegura Sánchez. Según él, los integrantes de planta rotan cada cuatro años, que es lo que dura su vida universitaria. En el último año, también tuvieron acogida de personas de fuera de este centro de estudios.
El mensaje en Europa será “que en un país tan pequeño hay representaciones culturales tan distintas y diversas, con mucha elegancia, que valen la pena ser representadas…”, señala Sánchez.