Los asistentes a un plantón encendieron velas a las afueras del inmueble patrimonial de las calles Panamá e Imbabura, en el centro de Guayaquil, en donde el Municipio de Guayaquil construirá un nuevo teatro. Foto: Enrique Pesantes / EL COMERCIO
Una nueva intervención en la vivienda patrimonial ubicada en la esquina de las calles Panamá e Imbabura, en el centro de Guayaquil, conocida como la Casa del Cacao, reavivó la polémica sobre la conservación del deteriorado inmueble patrimonial de la ciudad.
El Municipio de Guayaquil, a través de una empresa contratista, desmonta la estructura rescatando para su posterior utilización elementos como chapas, balcones y rejas metálicas. El Cabildo construirá en el lugar un teatro, una nueva construcción que recreará las fachadas originales.
Mientras que el colectivo Observatorio Patrimonial de Guayaquil, que se opone a la destrucción de la vivienda, organizó la tarde de este lunes 22 de abril del 2019 un plantón de protesta para reclamar por la conservación del patrimonio histórico de Guayaquil.
“No se va a restaurar la casa, estamos construyendo algo nuevo, pero la fachada va a ser la misma y va a tener los elementos arquitectónicos que logremos recuperar”, indicó Mauro Pérez, representante de la Fundación Municipal Guayaquil Siglo XXI, a cargo de la obra. El funcionario indicó que la institución se ha ceñido a lo que aprobó y sugirió el Instituto Nacional de Patrimonio Cultural (INPC), “que nos pidió recuperar ciertos elementos de la casa, porque el resto está en franco estado calamitoso, ruinoso”.
Esmeralda Muñoz, vocera de colectivo ciudadano Observatorio Patrimonial de Guayaquil, cuestionó la destrucción del inmueble y reconoció que el plantón fue una suerte de despedida. “El Municipio nunca presentó el informe técnico al INPC sobre cómo se iba a proceder. Tanto el Instituto como nosotros en el Observatorio buscábamos que al menos se conservaran las fachadas, pero las demolieron”.
La tarde de este lunes el inmueble solo conservaba una de las fachadas de la segunda planta sobre la calle Imbabura. Las otras tres partes del cuadrante superior habían sido derrumbadas, estaban a la vista las vigas de madera y pedazos de pared revestida de cemento con alma de caña.
“La casa resistió el terremoto, temblores, los efectos de las lluvias, temblores, el desprendimiento de una columna que fue saboteada, tuvieron que venir a derrumbarla, y aún así nos dicen que no era recuperable”, agregó Muñoz. “Con la intervención se pierde el valor patrimonial, aunque nos digan que va quedar idéntica la fachada”.
La estructura de la vivienda es de madera y caña, fachada revestida de cemento y pilares exteriores de ladrillo con madera. El techo era zinc con buhardillas, con influencia de la arquitectura criolla francesa, reinterpretada por carpinteros guayaquileños constructores de barcos.
La Casa del Cacao fue construida a inicios del siglo XX en la época republicana, según la ficha patrimonial en el año 1915. Tenía balcones de hierro y mansardas (ventanas dispuestas sobre el tejado), con chazas o persianas y un sistema constructivo a base de pórticos de madera y paredes de quincha (entramado de caña recubierto con barro o cemento), “uno de los escasos ejemplos de este sistema constructivo aún en pie”.