Georgia. AFP
Decenas de personas rindieron un homenaje ayer en Georgia a Nodar Kumaritashvili, el deportista que murió el pasado viernes en un entrenamiento de los Juegos Olímpicos de Vancouver, en un trágico accidente que ensombreció la apertura del evento.
El ataúd de Kumaritashvili, que llegó este miércoles a Georgia, fue transportado, cubierto con una bandera georgiana, a casa de su familia, en Bakuriani, una pequeña ciudad de montaña situada a 180 kilómetros al oeste de Tbilissi, la capital del país, según constató un periodista de la AFP.
Muy emocionada, la madre de Kumaritashvili, Dodo, ayudada por la familia y los amigos, caminaba detrás del ataúd. Delante de la casa familiar, el padre del deportista, David, aseguró que su hijo no era responsable del accidente y dijo que el problema empezó en la curva donde se produjo el drama. “No fue culpa de Nodar. Todo iba bien hasta que llegó a la curva. Ya se había entrenado antes en esta pista y esta curva le preocupaba (…). Decía que era muy difícil de tomar”, explicó a los periodistas.
Kumaritashvili murió durante la segunda sesión de entrenamiento, el pasado 12 de febrero, poco antes de la apertura de los Juegos Olímpicos de Vancouver, al perder el control del ‘luge’ (especialidad en trineo) cuando estaba llegando a la última curva, donde la velocidad puede alcanzar los 140 kilómetros por hora.
Cuando salió de la curva número 16, cayó, rebotó y terminó chocando contra un poste metálico situado al lado de la pista. A pesar de que fue atendido rápidamente, los socorristas no lograron reanimarlo. Tras el accidente, los organizadores llegaron a la conclusión de que la pista no tenía ninguna anomalía.
El cuerpo de Nodar Kumaritashvili, que salió de Canadá el lunes, llegó al aeropuerto de Tbilissi este miércoles por la mañana, donde fue transportado por la guardia de honor antes de ser presentado a la familia.
Las autoridades anunciaron que construirán una pista en Bakuriani que llevará el nombre de Nodar Kumaritashvili.