Cuenca marchó para exigir no a la impunidad por los abusos sexuales a niños

La marcha en contra de los supuestos abusos sexuales cometidos por el sacerdote cuencano se realizó el martes 29 de mayo del 2018. Foto: Lineida Castillo / EL COMERCIO

La marcha en contra de los supuestos abusos sexuales cometidos por el sacerdote cuencano se realizó el martes 29 de mayo del 2018. Foto: Lineida Castillo / EL COMERCIO

La marcha en contra de los supuestos abusos sexuales cometidos por el sacerdote cuencano se realizó el martes 29 de mayo del 2018. Foto: Lineida Castillo / EL COMERCIO

Más de 3 000 estudiantes de 20 centros educativos participaron, este martes 29 de mayo del 2018, en la marcha denominada “A romper el silencio”. Fue organizada por colectivos sociales que rechazan los abusos sexuales a niños en los planteles educativos de Cuenca.

La protesta se cumplió a propósito de las denuncias e indagaciones previas en contra del sacerdote César, de 91 años. Él fue acusado por supuestas violaciones sexuales a niños hace más de 50 años, en los centros educativos que regentaba.

Los estudiantes portaron carteles como “Cero tolerancia a los abusos de curas perpetradores”, “Queremos Justicia” y “La violencia deja marcas para toda la vida”. Entre los asistentes estuvieron Marcelo, de 64 años, quien llevaba un cartel que decía “Sobreviviente de la escuela del terror”.

Él denunció los supuestos abusos que vivió durante más de cinco años, cuando estudiaba en una escuela de Cuenca. Según él, el sacerdote le amenazó en contarle a sus padres y acusarlo de haber incitado para que eso ocurra. “Por miedo y vergüenza a mis padres, y la influencia que tenía el sacerdote cargué con esto más de 50 años y hoy me siento algo aliviado”.

El acusado es un reconocido religioso en Cuenca. Creó varios centros educativos, una universidad, medios de comunicación, un hospital universitario y edificó la Basílica de la Santísima Trinidad, en la avenida de las Américas.

De ese lugar fueron retirados los imponentes monumentos de cobre, que sobresalían en la fachada. Estos corresponden al sacerdote acusado, dos exobispos de Cuenca y un protonotario apostólico. Esa basílica está ubicada dentro del predio de la Universidad Católica de Cuenca.

El rector de ese centro de estudios superiores, Enrique Pozo, dijo a través de las redes sociales que la decisión se adoptó para precautelar los bienes de la institución y la seguridad de los estudiantes. Retiraron todos aquellos elementos que puedan servir de pretexto para agresiones.

Según Pozo, en los últimos días se registraron agresiones como escribir en las paredes y lanzar objetos al interior. Dijo que están abiertos a cualquier tipo de investigación de la justicia ordinaria o del Ministerio de Educación.

Como parte de las acciones de rechazo por los hechos denunciados, la mañana de este martes 29 de mayo, los concejales de Cuenca Iván Granda, Paola Flores y Monserrath Tello, presentaron una solicitud al alcalde de Cuenca, Marcelo Cabrera, para que se revoque la Insignia Hermano Miguel entregada al acusado en 1981.

De darse paso a esta gestión, el caso deberá debatirse en el Concejo Cantonal. Mientras tanto, las indagaciones desde la Fiscalía de Azuay y desde El Vaticano por parte de la Vicaría Judicial de la Arquidiócesis de Santiago de Chile, continúan.

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