La construcción de la planta de generación eléctrica con gas metano está en la última fase en Cuenca

El proyecto impulsado por la Empresa Municipal de Aseo de Cuenca (Emac) aprovechará el gas metano que genera la basura del relleno sanitario de Pichacay. La intención es generar energía eléctrica. Foto: EL COMERCIO

El proyecto impulsado por la Empresa Municipal de Aseo de Cuenca (Emac) aprovechará el gas metano que genera la basura del relleno sanitario de Pichacay. La intención es generar energía eléctrica. Foto: EL COMERCIO

El proyecto impulsado por la Empresa Municipal de Aseo de Cuenca (Emac) aprovechará el gas metano que genera la basura del relleno sanitario de Pichacay. La intención es generar energía eléctrica. Foto: EL COMERCIO

Con más de un año de retraso, la planta de biogás se prevé que funcione desde agosto del 2015, en la capital azuaya. La perforación de pozos, instalación de tuberías y construcción de la casa de máquinas en el relleno sanitario de Pichacay concluyeron.

La instalación de los equipos es el siguiente paso. El proyecto impulsado por la Empresa Municipal de Aseo de Cuenca (Emac) aprovechará el gas metano que genera la basura del relleno sanitario de Pichacay, ubicado en la parroquia rural de Santa Ana, a 21 kilómetros de Cuenca. La intención es generar energía eléctrica.

La obra se construye desde agosto del 2012 y será operada por la empresa de economía mixta EMAC EP-BGP Engineers. El 51% de las acciones pertenecen a la Empresa Municipal de Aseo de Cuenca y el resto a la compañía holandesa Engineers. La inversión prevista inicialmente es de USD 3,3 millones.

El relleno sanitario, que ocupa 123 hectáreas, funciona desde el 2011 y recibe 450 toneladas diarias de basura que se depositan técnicamente. En la primera etapa se aprovechará solo la zona norte uno, porque es donde se concluyó con el depósito y sellado de la basura.

En esa área se perforaron 20 pozos y se introdujeron tubos a profundidad de entre 12 y 35 metros, dependiendo de la topografía del terreno. Por allí se evacuan los gases como el dióxido de carbono, monóxido de carbono, sulfuro de hidrógeno de la basura descompuesta.

Esas tuberías están conectadas a la superficie con una red de ductos que conducirá esos gases nocivos para el ambiente hasta la casa de máquinas para la generación eléctrica. A un costado, en un área de unos 500 metros cuadrados, está la caseta que albergará los generadores, bioprocesadores de la energía y motores.

Las primeras máquinas llegarán a finales del junio del 2015, procedente de Europa, explicó la gerenta de la Emac, Andrea Arteaga. La instalación tomará tres semanas y luego pasarán a las pruebas de funcionamiento. Según ella, la entrada en vigencia de las últimas salvaguardias retrasó la importación y, por lo tanto, la operatividad del proyecto.

De acuerdo con los estudios técnicos, en esta primera etapa se captarán 500 metros cúbicos de biogás por hora que representará un megavatio/hora. Esa cantidad abastece a 8 000 familias.

Esa energía irá al Sistema Nacional Interconectado y será comprada por la Empresa Eléctrica Regional Centro Sur a 11 centavos cada kilovatio.

Ese dinero se destinará para solventar la operatividad de la planta y del relleno sanitario. Según Arteaga, no es un proyecto económicamente rentable sino ambientalmente importante porque se evita la liberación de unas 70 000 toneladas de gas metano a la atmósfera, que es más nocivo y contaminante que el C02. “Eso se compara con sacar de circulación más de 36 000 vehículos de la ciudad. Estamos contribuyendo en la conservación del ambiente”.

Suplementos digitales