Hubo nueve detenidos. Los policías incursionaron en Azuay, Loja y Guayas y desarticularon a una red delictiva que supuestamente se dedicaba al narcotráfico “a gran escala” desde Cuenca.
Las investigaciones tomaron tres meses, con seguimientos y vigilancias a los movimientos de los detenidos. Según el fiscal provincial del Azuay, Lizandro Martínez, con eso se descubrió que esta organización proveía sustancias estupefacientes y psicotrópicas a distribuidores, que abastecían al 75 % del mercado de Cuenca.
En el operativo, ejecutado durante la madrugada, participaron 11 fiscales con sus secretarios y asistentes, quienes efectuaron nueve allanamientos en las tres provincias.
En Balao, provincia del Guayas, se detuvo a Wilber R., presunto líder de la organización delictiva. En cambio, en Cuenca fueron arrestadas siete personas y una en Sevilla de Oro (Azuay).
La Fiscalía también vincula a esta agrupación a un sospechoso capturado el 6 de marzo del 2015.
Como evidencias, la Fiscalía dice que en los cantones Balao, Sevilla de Oro y Cuenca se incautaron camionetas, una moto, posibles sustancias estupefacientes y psicotrópicas, celulares, armas de fuego y otras evidencias documentales como papeletas de depósitos.
A este operativo se le denominó Eslabón XXIII y se ejecutó en coordinación con la Policía. Por eso participaron agentes élite de GIR, UIAD, Dinapen, Antinarcóticos, Criminalística y otros.