Cuatro ecuatorianos salieron indemnes
Santiago. Reuters y AFP
Golpes y ruidos de vidrios guiaban ayer el trabajo de rescatistas en un edificio colapsado en el sur de Chile. Allí, señalaron las autoridades, cerca de 50 personas aún permanecían bajo los escombros.
Equipos de bomberos perforaban las paredes de la construcción que se levantaba en el centro de la ciudad de Concepción, unos 500 kilómetros al sur de Santiago. La localidad se transformó en el símbolo del desastre que conmueve a Chile y que hasta el momento dejó 723 muertos y 19 desaparecidos.
Álex Tapia, un militar ecuatoriano que vivía en el edificio colapsado, logró salir en la madrugada del sábado, el día del terremoto, en el medio de gritos de sus vecinos que pedían ayuda.
“El edificio cayó de inmediato. Sentí una brisa de aire y la seguí. Le dije a mi señora que hay que salir por ahí. Escalé tres metros y tuve que volver a rescatar a mi mujer y mis hijos de dos y cinco años. Gracias a Dios estamos bien”, apuntó el militar.
Ocho personas fueron sacadas muertas y otras 63 salieron con vida luego de que el edificio de 15 pisos cayera completamente por el impacto del sismo de magnitud 8,8 grados en la escala abierta de Richter, convirtiéndose en uno de los puntos de interés para canales de televisión locales y extranjeros.
Ayer, los miembros de los equipos de rescate escucharon golpes y vidrios rotos, lo que alimentaba las esperanzas de hallar personas con vida luego de uno de los peores terremotos de la historia.
“Tenemos buenas noticias, tenemos dos señales de personas que estaban vivas adentro”, refirió el comandante Juan Carlos Subercaseaux, quien lidera las tareas de rescate, a periodistas en Concepción.
Al igual que Subercaseaux, muchos de los bomberos e incluso los perros rescatistas estuvieron trabajando en las tareas de rescate luego del sismo que golpeó a Haití en enero pasado.
Ayer, los bomberos llegaron hasta un lugar donde tres personas de una misma familia estaban atrapadas detrás de un muro. Según explicó Subercaseaux, el rescate es muy peligroso puesto que si perforan el muro, detrás del cual se hallan estas personas, la estructura puede ceder. “Vamos a hacer un trabajo de relojería, que Dios nos ayude”, dijo.