Redacción Cultura
Homero Miño Ortiz, ‘Chicho’ como lo llaman sus amigos, es un reconocido chef quiteño. Ahora se desempeña como profesor de ‘garde manger’ y ‘garnish’, en la Universidad San Francisco de Quito. Pero lo que coloca su nombre en este artículo, no es su labor en la cocina, sino otra de sus talentosas expresiones: la pintura.
Miño cuenta que pintó por 31 años ininterrumpidamente y que, ahora, impulsado por la belleza y la fuerza de la Fiesta Brava, vuelve, tras nueve años, a los pinceles y a las paletas, a los lienzos y al color, a la imagen.
La afición a la tauromaquia que cultiva desde hace mucho tiempo (actualmente, Miño cuenta con 58 años) se ha plasmado en varias piezas, entre ellas se encuentran óleos, acuarelas y tintas chinas.
Desde el 27 de noviembre sus cuadros se exponen en los muros de La Tasca del Quinto Toro, en el Hotel Quito. La muestra de pintura taurina lleva por título ‘Percales’, en directa referencia a la tela de algodón utilizada en la confección del capote.
Es que la muestra de Miño exhibe una decena de cuadros cuyo motivo en común son los cites capoteros ejecutados para recibir al toro, en el primer tercio de la lidia. Entre las imágenes se ven los ‘recortes’, las ‘verónicas’, las ‘gaoneras’, las ‘chicuelinas’, los ‘faroles’, entre otros lances, que permiten adivinar el movimiento de la capa y la trayectoria del animal, del cual se prescinde en la pintura.
Mientras que el ruedo solo se adivina tras las siluetas retratadas, Los toreros permanecen anónimos, bien podrían ser Enrique Ponce, Javier Conde, Jesulín de Ubrique, Rivera Ordóñez o algún diestro nacional, con quienes Miño comparte el amor y la admiración hacia la tauromaquia.
Los óleos permanecerán expuestos hasta el 10 de diciembre.