Pese al cierre de la vía Papallacta-Baeza, trabajadores y negociantes cruzan a pie por la zona afectada

Ante la necesidad de movilizarse, varias personas recorren a pie la vía Papallacta - Baeza, este domingo 23 de junio del 2019. Foto: Diego Pallero / EL COMERCIO

Ante la necesidad de movilizarse, varias personas recorren a pie la vía Papallacta - Baeza, este domingo 23 de junio del 2019. Foto: Diego Pallero / EL COMERCIO

Ante la necesidad de movilizarse, varias personas recorren a pie la vía Papallacta - Baeza, este domingo 23 de junio del 2019. Foto: Diego Pallero / EL COMERCIO

Con botas de caucho e impermeables, médicos, trabajadores de haciendas y negociantes de la provincia de Napo recorren a pie la vía Papallacta-Baeza. La carretera permanece cerrada, luego de que una creciente del río Guango arrasó con el puente en el kilómetro 51.

Desde la mañana de este domingo 23 de junio del 2019 se registró la presencia de personas en la vía. La mayoría caminaba por un lapso de una hora y, posteriormente, se subían en carros en el otro lado para continuar con su trayecto.

Nidia Vélez es médica y labora en el Hospital de Baeza. Ella y sus compañeros salieron cerca de las 08:00 desde esa localidad con rumbo a Quito. Para lograrlo, tomaron un carro hasta la zona afectada. Luego, caminaron y cruzaron por unos troncos colocados en lugar del puente caído.

Cerca se observó la presencia de trabajadores del Ministerio de Transporte y Obras Públicas (MTOP), que laboran en la edificación de un puente bailey o provisional para habilitar el paso vehicular y de personas. Se espera que esté listo el viernes 28 de junio del 2019.

“Corriendo el riesgo, salimos y caminamos. No hay transporte porque varias partes de la vía están cerrada”.

Otro de sus colegas, Noe Zuñiga, quien también labora en esa casa de salud, caminó por la carretera y observó tres derrumbes más en el sector de Cuyuja. “No hay paso vehicular”.

Trabajadores de la zona también cruzaron por la vía. Mari Lema y Wagner Zambrano caminaron más de una hora para llegar a sus destinos. Debido a sus obligaciones laborales tuvieron que arriesgarse a cruzar por el paso improvisado.

Las pérdidas de negocios como criaderos de peces también son una consecuencia de las fuertes lluvias. Wladimir Ríos tiene 25 piscinas para la crianza de truchas; ocho de ellas se perdieron por la creciente del río Guango. "Estoy muy preocupado por la pérdida de mi negocio. Perdí cerca de 20 000 truchas".

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