La mandataria argentina, Cristina Fernández, llegó a ser imputada dentro del proceso de investigación de la muerte del fiscal argentino. Foto: EFE.
La muerte del Fiscal que acusó a la presidenta Cristina Fernández de encubrir a exfuncionarios iraníes por un atentado antisemita en 1994 y la masiva marcha del miércoles golpean a la Mandataria al final de su gobierno pero con una dudosa capitalización política para la oposición.
El día después de que una multitud de personas marchara en silencio en Buenos Aires bajo un diluvio al cumplirse un mes de la muerte del fiscal Alberto Nisman, el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, calificó la movilización como opositora.
“Tenemos que identificar que detrás de cada una de estas manifestaciones existe un interés político”, dijo en su habitual conferencia de prensa matutina en Casa de Gobierno.
Nisman fue hallado con un disparo en la cabeza en su departamento el día antes de presentar en el Congreso las pruebas de su acusación contra Kirchner, el canciller Jorge Timerman y allegados al gobierno por supuesto encubrimiento de exfuncionarios iraníes en la voladura de la mutual judía AMIA que dejó 85 muertos y 300 heridos.
La exesposa del fiscal, la jueza Sandra Arroyo Salgado rechazó que Nisman se haya suicidado porque no tenía una personalidad inclinada a matarse, pero aclaró a la radio que si fue un homicidio debió ser ejecutado con un alto grado de sofisticación.
Según Arroyo Salgado, el caso precisa de un veedor de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) de la Organización de Estados Americanos (OEA) que ofrezca garantías de imparcialidad.
Las dudosas circunstancias que rodean la muerte de Nisman y la magnitud que alcanzó la marcha “representan un golpe que dio de lleno sobre el corazón del gobierno que es la presidenta Kirchner”, dijo a la AFP el sociólogo Ricardo Rouvier.
Sin embargo “ella no es candidata en las generales de octubre y no necesariamente daña a los precandidatos presidenciales por el oficialismo”, sostuvo el analista.
El próximo 25 de octubre Argentina celebrará elecciones presidenciales a las cuales Cristina Fernández no podrá presentarse por haber cumplido ya dos mandatos consecutivos.
El fiscal argentino Alberto Nisman fue hallado sin vida producto de un disparo en la cabeza. Foto: Cézaro De Luca / EFE
Precandidatos a tientas
El gobernador de Buenos Aires, el peronista Daniel Scioli, aliado del kirchnerismo, es uno de los precandidatos mejor posicionados en las encuestas. “En estos días de tanta violencia verbal, eligió manifestarse en silencio y eso lo diferencia”, resaltó Rouvier.
“En la oposición, luego de la marcha, diríamos que no se fortalece ningún candidato en particular, lo que sí se fortalece es la negatividad al gobierno”, afirmó el sociólogo.
Capitanich remarcó que la muerte del fiscal “debe ser esclarecida definitivamente porque el pueblo argentino necesita la verdad y son los fiscales y jueces los que en definitiva tienen la verdad entre sus manos”.
El secretario general de la presidencia, Aníbal Fernández, consideró que la marcha convocada por seis fiscales enfrentados al gobierno “ no fue una manifestación para rendirle homenaje a nadie ” .
“Hay gente que ha entendido que la mejor manera en que se podía llevar a cabo una desestabilización (del gobierno) era esa y la están haciendo”, afirmó Fernández.
Manifestantes protestaron ayer en la marcha convocada por los fiscales argentinos. Foto: David Fernández / EFE.
Una marcha distinta
En cualquier caso la contundencia de la marcha “es una mala señal para el gobierno”, consideró Juan Germano, director de la consultora Isonomía.
“Fue una marcha distinta a todas las que se hicieron durante este gobierno, pero que vino a profundizar algo que parecía estar morigerándose: la polarización entre los ‘K’ y los ‘anti K’” (en referencia a Kirchner) , dijo a la AFP.
Quién y cómo saque rédito político de esta circunstancia “es aún una incógnita”, sostuvo y coincidió con Rouvier en que la sociedad está sensibilizada “ a cualquier maniobra de los candidatos de intentar llevar con este caso agua para su molino”.
Para la analista y socióloga Graciela Romer tanto el gobierno como la oposición equivocaron sus pasos.
“Desde el gobierno se cuestionó esta marcha. La oposición salió a defenderse diciendo que no era política. Yo pienso que se equivocaron”, dijo Römer a la AFP . La marcha “fue política como todo acto que compromete el reclamo de un conjunto de la población”, arguyó.
Como una expresión más de la polarización política que vive Argentina, la policía comunal de Buenos Aires, a cargo del alcalde capitalino Mauricio Macri (opositor de derecha) cifró en 400 000 personas la concurrencia a la marcha mientras la policía federal, que responde al Gobierno federal, la estimó en menos de 50 000 personas.