La sala es pequeña. Tiene un televisor y dos muebles negros. En uno de los sillones hay una nota escrita que dice “eso te pasa por sapo”. En el piso reposa un casquillo de bala, una botella de licor vacía, un vaso, un cuchillo y una mano mutilada.
La escena es falsa y representa un asesinato. También sirve de ensayo para los peritos de Criminalística de la Policía Nacional, para que practiquen el correcto levantamiento de indicios y manejo de evidencias en las escenas de un delito, ya sean robos, muertes, secuestros, entre otros.
El teniente coronel Christian Rengifo, jefe del Laboratorio de Criminalística y Ciencias Forenses de Guayaquil, detalla que cuando ocurre un delito, como un asesinato, por ejemplo, el personal policial de reacción inmediata debe asegurar el lugar hasta que lleguen los peritos especializados. Esto es para que los testigos y personas curiosas “no contaminen la escena”. Es decir, no muevan restos de vidrios, casquillos, dejen huellas, pisadas, etc., que puedan alterar la investigación.
Rengifo indica que es importante que una escena se mantenga intacta. En un asesinato, por ejemplo, los casquillos o balas en el piso permiten determinar el trayecto del proyectil y la distancia del atacante.
Los peritos emplean distintas sustancias para recabar evidencias, como huellas dactilares, en los objetos de una escena del crimen. Foto: Mario Faustos/ EL COMERCIO
Cuando llegan los peritos a una escena del crimen analizan visualmente el lugar. Detectan objetos útiles para la investigación como botellas, pisadas, armas de fuego, cuchillos, vidrios, cámaras de vigilancia, celulares. También la posición del cuerpo de la víctima y las heridas visibles que presente.
Los peritos deben usar guantes y protectores especializados para evitar también contaminar la escena. En el sitio proceden a fotografiar el lugar y los objetos numerados y posteriormente, los levantan y los colocan en fundas plásticas donde detallan cada cosa con hora, fecha, lugar, caso, uniformado que recogió el indicio.
Los agentes recrean los crímenes, en base a las evidencias halladas en los espacios donde se comenten delitos. Foto: Mario Faustos/ EL COMERCIO
Esas evidencias son trasladadas hasta el laboratorio de Criminalística en donde empieza una tarea más exhaustiva y científica: la búsqueda de huellas o rastros de ADN que permitan ubicar a una persona que estuvo en el lugar y que esté vinculada al delito.
Rengifo explica que en el laboratorio hay máquina de cianocrilato y de yodo, que emiten un vapor que permite ver huellas dactilares en los objetos con superficie irregular o lisa, como botellas, envases, papel.
Pero la búsqueda de huellas dactilares no solo se realiza en el laboratorio. Santiago Guzmán, perito especializado en inspección ocular técnica, detalla que en las escenas de un crimen usan reactivos físicos como polvos vulcanos y magnéticos de colores, que resaltan las huellas dactilares.
El Laboratorio de Criminalística y Ciencias Forenses de Guayaquil cuenta con distintos aparatos que se emplean para identificar la información de las evidencias recopiladas. Foto: Mario Faustos/ EL COMERCIO
En la escena falsa de asesinato, los agentes colocan el polvo de color rosado con una brocha sobre la pantalla del televisor. Rengifo indica que usan ese color porque la superficie es negra y deben siempre usar un tono que contraste para poder ver las huellas. La marca es fijada con un adhesivo que posteriormente se digitaliza y se verifica en el sistema AFIS (de identificación) y en el Registro Civil. Así se logra ubicar a personas sospechosas.
Pero las huellas digitales no son todo. Rengifo dice que dentro de una evidencia puede haber otras. Por ejemplo, en un cuchillo no solo se levanta el arma blanca como indicio, también sangre y residuos corporales. Estos elementos son biológicos y a diferencia de los objetos, son almacenados en frigoríficos para conservar el ADN y hacer análisis genéticos.
Durante el 2018, el laboratorio de Criminalística de Guayaquil realizó el ingreso de 4 337 cadenas de custodia (casos), dentro de los cuales constan un total de 16 779 indicios.
Cada elemento que se recoge de una escena está documentado y empaquetado. Rengifo puntualiza que las evidencias ingresan a una cadena de custodia y que a partir de ese momento cada pericia, análisis o traslado de una evidencia se hace con orden judicial. Es decir, el objeto no puede salir de las bodegas sin un documento y una persona que se haga responsable por el mismo.