Redacción Quito
El mirador del volcán Pululahua no es la única parada en este recorrido turístico. Este sitio está ubicado a 3 km del redondel de la Mitad del Mundo, por la autopista Manuel Córdoba.
Desde ahí se aprecia una parte del valle que se formó dentro del cráter después de la última erupción, hace 2 500 años. Sin embargo, el mirador no es el único atractivo del sector.
Tenga en cuenta
El cráter pertenece a la Reserva Geobotánica Pululahua, cuya extensión alcanza las 3 383 hectáreas.
La palabra Pululahua significa en quichua nube de agua. En la mayor parte del año, pasado el mediodía, el cráter se nubla.
En el sector se pueden observar cervicabras, zorros, conejos y la gente dice haber encontrado indicios de la existencia de pumas.
No hay buses que lleguen dentro del cráter. Los principales accesos son a pie desde el mirador, en carro antes de llegar a Calacalí.En el valle, lo común es hallar cultivos agrícolas y potreros crecidos sobre lo que alguna vez fue lava ardiente. Estos están divididos por caminos de tierra -ideales para el ciclismo- y por el cerro Poldoña, una elevación en la mitad del cráter.
Ahí los moradores aseguran que hay hoyos donde se lanza piedras y no se escucha que toquen fondo. “En ese lugar siempre hay pájaros muertos porque de ahí salen gases desde el centro de la tierra”, dice Renato Espinosa, un morador.
Hace cinco años, Espinosa y su pareja Paola Cevallos se cansaron de su vida dentro de la ciudad y decidieron mudarse al cráter del volcán. Al comienzo les resultó difícil, pero ahora dicen que viven felices. “Tiene una energía extraña que nos hace sentir bien”, dice Espinosa quien, además, creó la Hostería Pululahua para que la gente conozca ese lugar.
La pareja dice que jamás dejaría esa tierra, siente que el turismo como negocio, dentro del volcán, “está comenzando poco a poco”. Hasta eso, Espinosa vive de sus ahorros con una vida autosustentable con huertos orgánicos, energía solar y eólica.
La Hostería Pululahua recibe un promedio de 10 turistas mensuales; todos extranjeros. El paisaje que se ha formado dentro del cráter está lleno de opciones para la aventura y el conocimiento silvestre.
La entrada carrozable está a 4 kilómetros desde la Mitad del Mundo, por la vía que va a Calacalí, desde el norte de Quito. Antes de llegar a esta población, se inicia un camino de tierra que conduce hasta el interior del volcán, 14 kilómetros adentro.
El clima en el Pululahua es caluroso; en invierno se nubla pasado el mediodía y la época de lluvia va desde febrero a mayo.
Para Anabel Santillán, una turista fanática de ese lugar, aquella época es la más hermosa. “Se ven muchas flores y la vegetación se vuelve colorida”. Una de las características del valle es la diversidad de orquídeas. Espinosa ha calculado que al menos hay 20 tipos de orquídeas
El cráter del Pululahua tiene senderos selváticos, donde el turista puede acudir para realizar caminatas. En uno de ellos, conocido como Chaupisacha, existen vestigios de antiguas erupciones volcánicas. La tierra tiene color naranja y está cubierta por helechos.
Además, se encuentran piscinas naturales de aguas termales en mitad de la naturaleza (el agua es tibia). Andrés Cabezas caminó, el miércoles, tres horas desde el mirador hasta acampar dentro de la naturaleza. “Me relajé mucho porque el lugar se presta para olvidarse de todo lo que pasa afuera”.