El covid-19 mostró las debilidades del sistema sanitario del país

En la terapia intensiva del Hospital Carlos Andrade Marín, del Seguro Social, atienden a un paciente. Foto: cortesía del HCAM

En la terapia intensiva del Hospital Carlos Andrade Marín, del Seguro Social, atienden a un paciente. Foto: cortesía del HCAM

En la terapia intensiva del Hospital Carlos Andrade Marín, del Seguro Social, atienden a un paciente. Foto: cortesía del HCAM

El sábado 29 de febrero del 2020, tras la confirmación del primer caso positivo de covid-19 en Ecuador, la ciudadanía se volcó a las farmacias. Algunos hicieron filas para llevarse las mascarillas, el alcohol y el gel antibacterial, que había en estanterías y bodegas. Otros solo alcanzaron a hacer pedidos, para las siguientes semanas.

Esa mañana, en una conferencia de prensa, el Ministerio de Salud informó que la contagiada era una compatriota que residía en España y que había ingresado a Ecuador, el 14 de febrero, por el aeropuerto de Guayaquil. Planeaba pasar sus vacaciones en Los Ríos.

Según dijeron, solo días después había presentado síntomas. En redes sociales circularon sus fotos y expediente médico. Pasó por una clínica privada y un hospital del IESS.

Así, Ecuador se convirtió en el tercer país latinoamericano, en donde se confirmaba un diagnóstico. Antes se había registrado en Brasil y México.

Pero meses después, Salud reportó que antes ya hubo infectados en Guayaquil y Quito.

“Como ha ocurrido en otros 54 países, las medidas no impidieron que el virus ingresara”, dijo la ministra Catalina Andramuño. Y recibió críticas por la falta de acciones.

Eso se evidenció en el contraste entre imágenes de terminales aéreas extranjeras y ecuatorianas. En las primeras se veía termómetros infrarrojos, escáneres térmicos y a infectólogos. Y en aeropuertos locales, a funcionarios en una mesa, con alcohol y volantes.

Desde la última semana de enero hasta la primera de febrero, el país se preguntaba si un paciente chino, atendido en el Hospital Eugenio Espejo, tenía el nuevo coronavirus.

A la prensa se informó que el test, procesado en el Centro para el Control de Enfermedades (CDC) de Atlanta, había dado negativo. Era hepatitis B y neumonía viral comunitaria.

Entonces, aún el SARS-CoV-2 era visto como un enemigo lejano. Mientras, familiares de ecuatorianos que estudiaban en Wuhan-China, donde se originó el covid-19 y estaban en cuarentena, solicitaban la repatriación a Cancillería.

En Ecuador, medidas de restricción de la movilidad entraron en vigencia el 17 de marzo, con el estado de excepción, aunque desde febrero ya llegaron ecuatorianos, tras vacaciones en Europa y EE.UU.

La emergencia sanitaria dio paso al confinamiento, con suspensión de clases presenciales y cierre de negocios.

El 21 de marzo, la ministra Andramuño respondió en vivo que llegarían al país dos millones de pruebas diagnósticas. Esa misma tarde la reemplazó Juan Carlos Zevallos, quien la desmintió y dijo que se importarían 10 veces menos PCR.

Ella, en una carta, dijo que no le asignaron recursos para encarar la emergencia. Nunca acudió a llamados del Legislativo, para más explicaciones.

En abril, el país se enteró de irregularidades en la compra de insumos médicos.

El manejo de la pandemia tuvo dos caras. Una dejó ver debilidades del sistema y otra, con lecciones aprendidas de la tragedia del colapso del sistema en Guayaquil. Desde los últimos días de julio, Quito la superó en número de contagios. La tendencia se ha mantenido. Pero en la capital, en Pichincha y en el resto del país se activaron centros de salud, para evitar déficit de camas. Médicos y más personal se destacaron, algunos fallecieron infectados.

En este año, el Ministerio no ha precisado de cuántos test PCR dispone. Solo se sabe que se han aplicado unas 744 984, en centros públicos y privados.

Aún no hay suficientes diagnósticos y cercos epidemiológicos, por lo que quedó en evidencia la debilidad del sistema de vigilancia. Y las cifras no son muy claras. La participación de universidades y laboratorios privados ha sido de gran ayuda. Ahora, la expectativa está puesta en la vacunación, que será masiva desde los últimos días de marzo.

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