El Primer Mandatario visitó la comunidad de San Agustín de Callo y habló con los pobladores afectados por la ceniza. Foto: Julio Estrella / El Comercio
El impacto de una eventual erupción del volcán Cotopaxi sería grave no solo por las dimensiones del coloso, sino también por la falta de planificación que hubo en años pasados en las zonas de riesgo.
Ayer, el presidente Rafael Correa lo reconoció durante una visita que hizo a Cotopaxi. Lo hizo poco después de escuchar la exposición que hizo por la mañana el gobernador de la provincia, Fernando Suárez. Este dio cifras que captaron la atención del Mandatario, durante la reunión que mantuvo con los integrantes del Comité de Operaciones de Emergencia. 25 039 negocios se afectarían por los lahares y la caída de ceniza si hay una erupción volcánica. Además, 35 657 personas quedarían en la desocupación solo en Latacunga.
Las estadísticas fueron calificadas por Correa de catastróficas. Si se conocían las zonas de riesgo alrededor del volcán, ¿cómo se permitió poblaciones, negocios, fábricas e incluso infraestructura pública?, señaló el Presidente ante a las autoridades de la Secretaría de Riesgos y de los ministerios de Salud y Educación, entre otros.
Correaquería más información, escuchar de primera mano los problemas que enfrentan las autoridades locales. El alcalde de Latacunga, Patricio Sánchez, se lo resumió en una palabra: “desesperación”.
Según el Burgomaestre, 10 000 viviendas se encuentran en zona de riesgo y se debe buscar albergue para 45 000 ciudadanos. Para el Alcalde se necesita reforzar la presencia de funcionarios del Ministerio de Agricultura y Ganadería y también la difusión de información a las comunidades.
Sánchez, además,solicitó la ubicación exacta y el estado de todos los albergues identificados por el Gobierno para que la población los conozca. Y señaló que en las parroquias de Pastocalle, Toacazo, Tanicuchí y Guaytacama hay preocupación por el ganado.
Por su lado, el prefecto de Cotopaxi, Jorge Guamán, pidió trabajar en el mejoramiento de servicios básicos en los cantones de Saquisilí y Pujilí, pues hay ciudadanos que se han trasladado a estos sitios por seguridad.
Militares apoyan a la comunidad del barrio El Boliche, lado occidental de la Panamericana. Foto: Julio Estrella / El Comercio
Correa explicó a las autoridades que existen USD 500 millones para contrarrestar una posible erupción del Cotopaxi y advirtió que el Ecuador debe prepararse para convivir con un volcán con mayor actividad. “Estamos enfrentando un problema muy serio y no solo eso: puede ser de largo aliento como el (volcán) Tungurahua, que lleva 16 años en actividad”.
Anticipó que en “el mediano plazo” será necesario reubicar algunos asentamientos humanos. Junto al presidente Correa estuvieron ministros de Estado. Ellos dijeron que no estaban autorizados a responder preguntas de la prensa, por el decreto de excepción vigente.
Las inquietudes de los ciudadanos eran múltiples en los sitios donde hizo paradas el Mandatario, como en San Agustín del Callo y San Ramón. Ambas han sido afectadas por el incremento de la actividad del volcán.
El Presidente dejó en claro que la principal preocupación del gobierno es precautelar la vida de las personas. Pero no aplacó las dudas que tenían algunos ciudadanos y que se desbordaron por momentos. Ellos desconocían las vías de evacuación y ubicación de los albergues; tenían preocupación por el abastecimiento de agua y por la movilidad del ganado afectado por la caída de ceniza y el regreso a clases…
“No es que tenemos todas las respuestas; no les vamos a decir que vamos a resolver todas las cosas pero acá estamos, cuenten con nosotros”, respondió Correa. En el coliseo de Mulaló, ante un escenario repleto de campesinos, el Jefe de Estado pidió a la gente que también asuma su responsabilidad.
Se refirió a que los pobladores de zonas de alto riesgo deben acudir a las capacitaciones que realiza la Secretaría de Gestión de Riesgos. Para el Gobierno, todo está programado: las rutas de evacuación y albergues han sido identificados; están repartiendo ‘kits’ con máscaras, bufandas, lentes y se implementó un programa para traer banano de la Costa y alimentar al ganado.
En contexto
En la zona de riesgo del volcán se ha implementado un sistema de comunicación para reaccionar ante cualquier alerta. Además, según la Secretaría de Riesgos, 329 brigadistas han capacitado 1 566 personas ante una eventual emergencia.