En Latacunga se preparan ante una evacuación

Los vecinos del barrio Sigsicalle se capacitan sobre el plan familiar en Latacunga. Foto Glenda Giacometti/ EL COMERCIO

Los vecinos del barrio Sigsicalle se capacitan sobre el plan familiar en Latacunga. Foto Glenda Giacometti/ EL COMERCIO

Los vecinos del barrio Sigsicalle se capacitan sobre el plan familiar en Latacunga. Foto Glenda Giacometti/ EL COMERCIO

Las familias de Latacunga comenzaron a prepararse en sus casas frente a una posible erupción del volcán Cotopaxi. En las sedes barriales, coliseos y parques, los habitantes son instruidos sobre cómo actuar ante una emergencia por el coloso, de 5 897 metros.

Los instructores son de la Unidad de Vigilancia y Gestión de Riesgos del Municipio de Latacunga y de la Secretaría de Gestión de Riesgos.

Los funcionarios imparten talleres sobre cómo proceder antes, durante y después de la amenaza. Diego Jímenez, analista de Riegos del Cabildo de Latacunga, y un grupo de cinco funcionarios visitan barrios, ciudadelas, clubes e instituciones de la capital de Cotopaxi.

En estos espacios les indican la forma de elaborar un plan familiar de emergencia, cómo armar un botiquín de primeros auxilios y una maleta de emergencia, y cómo trazar la ruta de evacuación. Las charlas pueden durar de dos a tres horas.

Jiménez comentó que alrededor de 12 000 vecinos ya se encuentran capacitados. Además, ya se han hecho cuatro ejercicios de evacuación en el reconocimiento de las zonas de escape, lugares de encuentro y los albergues temporales.

Sin embargo, los técnicos informaron que luego de los seis talleres habrá un ejercicio de evacuación con las familias. Este consistirá en salir de las casas cuando suene la alarma comunitaria y trasladarse a las zonas seguras. El tiempo de traslado duraría de 15 a 20 minutos.

José Luis Solís, técnico de Riesgos del Municipio, comentó que en los dos últimos talleres se revisará la mochila de emergencia y los mapas con las rutas de evacuación.

El bolso de emergencia servirá para mantenerse unas 72 horas hasta que los organismos de rescate lleguen con la ayuda. Además, de proteger las vías respiratorias de los niños y adultos de los efectos de la ceniza volcánica.

Solís contó que el ejercicio con los pobladores de la ciudadela El Carmen, uno de los barrios, fue un éxito. “Los vecinos se prepararon con la mochila y el mapa. Los tiempos se cumplieron y ahora esperamos hacerlo con seis barrios que están acabando los talleres”.

Mientras que Jiménez dijo que “hay una buena dinámica con los vecinos que quieren informarse sobre el volcán. En las parroquias y los barrios que están en las zonas consideradas de riesgo la participación es aceptable. Falta interés sobre los efectos del volcán en otros”.

El pasado jueves se reunieron con 35 vecinos del barrio Sigsicalle, ubicado en las riberas del río Cutuchi. Según información de los técnicos del Instituto Geofísico, si se produjera el flujo de material volcánico, piedras y escombros, una parte de ese poblado sería destruido.

Los vecinos, en su mayoría personas de la tercera edad, niños y mujeres, ocuparon las sillas plásticas de la sede social. Las luces se apagaron. Con la ayuda de un computador portátil y un proyector de imágenes comenzó el taller.

Alejandro Moreno, técnico de Gestión de Riesgos del Cabildo, señaló que antes de realizar un simulacro de evacuación deben conocer cuáles son las debilidades, fortalezas y amenazas de la familia.

Por eso, en una ficha se puso la información sobre cuántos integrantes forman el hogar, los espacios seguros de la casa, las rutas de evacuación, puntos de encuentro y qué amenazas existen en las viviendas.

El técnico indicó que cada familia debe conocer sus limitaciones al tener personas de la tercera edad o con alguna discapacidad. “La información sirve para que cada familia pueda ayudarse al momento de evacuar. El rato de una erupción todos querrán salir corriendo, pero si se capacitaron ya sabrán qué deben hacer y cuánto tiempo tienen para movilizarse con seguridad”.

Los vecinos anotaban en una libreta las recomendaciones y exigencias de los técnicos. Por ejemplo, les sugirieron que en la ficha se identificaran a los posibles familiares o amigos para que ayuden como familias acogientes.

La charla era seguida por Concepción Razo. La mujer, de 65 años, se protegía del intenso frío con una chompa y chalina de lana. La principal preocupación de Razo eran sus dos mascotas. “No voy a dejar a mis dos perros en la casa”, dijo.

“Todo los detalles de mascotas debemos escribir en las fichas. Tenemos que tener en cuenta que en los albergues o las zonas de encuentro habrá otros animalitos y personas que tengan alergias. Para eso nos estamos capacitando para saber a dónde las vamos a dejar si sucede una erupción”.

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