San Jose, AFP
Centenares de hectáreas sembradas de arroz, frijol y maíz se perderán en el vasto sector del pacífico costarricense, debido a la sequía generada por la ausencia de lluvias que provoca el fenómeno climático El Niño, adviertieron autoridades.
En esa zona, donde prevalecen elevadas temperaturas, la carestía de lluvias afecta también al sector ganadero, agobiado por la resequedad de los pastizales que provoca la muerte de los animales.
La región más golpeada se prevé que sea la provincia de Guanacaste, en el Pacífico Norte, donde predomina el cultivo de granos básicos, cítricos y ganado.
Pese a que el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) pretende restar los efectos negativos, sí reconoce que habrá pérdidas considerables.
Dagoberto Elizondo, director de operaciones nacionales del MAG, precisó a la AFP que en Guanacaste se perderán 1 300 hectáreas de arroz de las 5 400 sembradas, 400 de maíz y 60 de frijol.
“En realidad es poquito en comparación con lo que está en proceso de producción”, aseguró Elizondo.
“Lo que sí nos está creando problemas es con el alimento del ganado debido a que los pastizales no crecen sino hay agua”, admitió.
Dijo que el MAG, ante las advertencias en los descensos de las lluvias, monitorea el campo para planificar con los productores las futuras cosechas y evitar que se pierdan.
El Instituto Meteorológico Nacional (IMN) y Acueductos y Alcantarillados (AyA) alertaron esta semana sobre las consecuencias de la sequía.
Según el IMN, Costa Rica enfrentará disminución de lluvias entre octubre y diciembre, época normalmente de transición del invierno al verano.
El IMN indicó que en Guanacaste habrá una baja del 40% en las precipitaciones, en el Pacífico Central la merma será de 30%, en el Valle Central donde está San José del 25% y las zonas Sur y parte del Norte con 15%.
Lo contrario ocurrirá en el Caribe, en la provincia de Limón, donde las lluvias podrían aumentar en 10%, según el IMN.
El presidente ejecutivo de AyA, Ricardo Sancho, instó al ahorro del 20% diario en el consumo del agua para evitar racionamientos en los meses venideros en diversas ciudades del país, que afectarían a más de millón y medio de personas.