Hugo Chávez suspendió una breve visita que iba a hacer a Montevideo para inaugurar con el presidente uruguayo Tabaré Vázquez, la remodelación del Instituto del Cáncer, para las cuales Venezuela contribuyó con USD 3 millones, la mitad de su costo.
El comandante bolivariano tenía previsto hacer una escala de tres horas tras el show del Unasur en Bariloche, Argentina.
¿Por qué la cancelación? Al principio no se dio razón. Chávez es imprevisible y así como es considerado como la peste, resulta ser la oportunidad para ganar dinero fácil.
Una de las razones para no aterrizar en Montevideo, puede ser la denuncia conocida el día anterior a la venida de Chávez, sobre unos libros elaborados en Uruguay y vendidos al Ministerio Popular para el Ambiente y el Instituto Geográfico de Venezuela, Simón Bolívar, con un margen de ganancia para los exportadores uruguayos del orden del 7 000%. Fueron 50 000 libros cuyo costo se ubicó por debajo de los USD 500 000 pero por los cuales el Gobierno venezolano pagó algo más de USD 32 millones.
La denuncia fue hecha por dirigentes del Partido Nacional, principal opositor, quienes vincularon esa operación comercial con una exportadora familiarmente y políticamente allegada al candidato presidencial del Frente Amplio, José Mujica.
La acusación se enmarca en la lucha electoral que se vive en Uruguay a dos meses de las elecciones presidenciales, pero no hay elementos que prueben que esa especie de
“blanqueo” tuviera el destino manejado. Sobre lo que sí no hay dudas es sobre que el negocio existió y fue “flor de negocio”, salvo para los intereses del pueblo venezolano.
Durante su malograda visita, no estaba previsto que Chávez se viera con Mujica. Es más, ya Mujica, quien se dice amigo del Presidente venezolano y con el que tiene un muy cordial y fluido diálogo, le había pedido anteriormente a Chávez que dejara para ‘después’ unos planes que tenía de visitar al Uruguay (aparte de la cancelada el 28) en las semanas previas a los comicios que se realizarán el 28 de octubre.
En filas del Frente Amplio y según trascendió, el propio Mujica estimaba que la presencia de Chávez (más todo lo que pudiera declarar, dada su incontinencia) resultaría negativa para los intereses electorales del Frente Amplio uruguayo.
Es que Chávez, cuando hay elecciones de por medio, no resulta una buena compañía y su apoyo tiene efectos contraproducentes. Entonces todo el mundo trata de apartarlo como si tuviera una peste.
Ciertamente, en esos casos electorales el jefe bolivariano es como el Rey Midas, el que transformaba en oro todo lo que tocaba, pero al revés.
Eso sí, cuando de negocios se trata y de repartir y derrochar los dineros venezolanos, al tal Rey Midas lo deja chiquito.