Las cuatro demandas judiciales en contra del prefecto de Zamora Chinchipe, Salvador Quishpe, llegaron en paquete en el 2012. Pero este jueves 2 de junio del 2016, la Corte Provincial de Justicia declaró nulo el último de los cuatro procesos por la construcción de puentes carrozables.
Todo empezó en el 2012 cuando la Contraloría realizó el examen especial a la construcción de los puentes de Palanumá, Sangola, Juá y San Sebastián, ubicados en diferentes cantones de la provincia. Estas obras fueron adjudicadas de forma directa dentro de la declaratoria de emergencia del 2010.
La Contraloría no encontró sobreprecio, pero sí la inobservancia en las disposiciones legales para la contratación, y en eso se amparó la Fiscalía de Zamora para actuar de oficio. El argumento del demandante es que cuando la Prefectura adjudicó estas obras no hubo situación de emergencia.
Los procesos y diligencias siguieron su curso. A finales del 2015, el presidente de la Corte Provincial ordenó el archivo del caso del puente sobre la quebrada de San Sebastián y en febrero del 2016 Quishpe fue llamado a juicio por el delito de peculado en el caso del puente de Palanumá.
Pero semanas más tarde también se ordenó el archivo de ese proceso. En la audiencia del martes 31 de mayo del 2016, el presidente de la Corte de Justicia, George Salinas Jaramillo, declaró nulo el proceso por el puente sobre el río Sangola, en el cantón Nangaritza y dos días después tuvo el mismo fallo la demanda por el puente de Puerto Juá, en Nangaritza.
El argumento de los administradores de justicia es que los cuatro procesos se iniciaron con el Código de Procedimiento Penal anterior bajo la figura de peculado. Pero que al entrar en vigencia el Código Orgánico Integral Penal, en agosto del 2014, se irrumpieron estos procesos iniciados porque se cambió la figura a tráfico de influencias y, por lo tanto, las demandas no proceden.
Mientras tanto, Quishpe dijo que bajo ningún concepto hubo delito porque la construcción de estos puentes fue exigencia de años de los pobladores que vieron morir –en época de invierno- a familiares al cruzar estos ríos en canoas o acémilas, llevando sus productos. “La gente arriesgaba sus vidas”.