Redacción Guayaquil
La salida del aire del programa ‘Laura de todos’, tipo ‘talk show’, que transmitía TC Televisión, por orden del presidente Rafael Correa, reabre el debate sobre la supuesta injerencia del Gobierno en los contenidos de los medios de comunicación que se incautaron de la AGD, el 8 de julio de 2008.
Desde esa fecha, el Régimen ha asegurado que dichos canales de televisión: TC Televisión, GamaTV y CN3 mantendrán independencia editorial.
La programación
Los ‘talk shows’ ya han tenido espacio en TC. Antes, ese canal produjo ‘Maritere’. Las peleas e insultos eran la tónica del programa, al igual que el de Laura Bozzo.
El presidente peruano, Alan García, dijo hoy que “respeta” la decisión de su colega ecuatoriano, Rafael Correa, de retirar el prograna de Bozzo. “Tiene todo el derecho cuando se trata de su canal oficial. No está prohibiendo un contenido en un canal privado”, comentó García.
Hace tres meses, TC estrenó el programa ‘Bien informados’, en el horario de 0 8:00 a 08:30. Ese espacio da cuenta de los servicios que dan los diferentes ministerios. Es denominado un espacio de buenas noticias.Pero hay hechos que dicen lo contrario. En febrero, José Toledo, entonces administrador de los canales incautados, renunció irrevocablemente por “supuestas presiones de algunas personas y candidatos que querían hacer de esos medios una palestra exclusiva de sus actividades”. Su carta de renuncia, del 27 de febrero, delataba su preocupación. Eran los días de la campaña electoral.
La respuesta a lo dicho por Toledo vino de parte de Carlos Coello, quien lo reemplazó en el cargo. Él desmintió que desde alguna instancia del Gobierno exista injerencia. “La línea editorial es totalmente independiente, sin ser prensa amarilla y sin injerencia del Estado, aunque estén bajo su administración”.
Antes también, el programa de parodias ‘Buenos Muchachos’, que era transmitido por GamaTV, dejó ese canal por supuestas criticar al actual Régimen.
En el caso de CN3, algunos empresarios que mantenían programas de entrevistas optaron por dejar esos espacios luego de la incautación. Fue el caso de Joyce de Ginatta y Eduardo Peña.
Pero el sábado pasado, durante su cadena, Correa fue contundente. “Carlos Coello, ahorita mismo me quitas esa porquería (el programa ‘Laura de todos’) que circula por los canales que están en manos del Estado. Déjale eso a quienes en vez de alma tienen un gran bolsillo, medios que dicen ser libres e independientes”, expresó molesto el Mandatario.
El programa ‘Laura de todos’ fue sacado del aire en Perú, donde se originó con el título ‘Laura en América’. La presentadora Laura Bozzo anunció una demanda contra Correa por calificar de “porquería” a su programa.
Por su parte el gerente de TC informó ayer mediante un boletín de prensa que el “legítimo reclamo del Presidente” fue posterior a la suspensión del programa.
Según Coello, el pasado jueves, a las 22:00, la estación dio a conocer el cese de las transmisiones. “La suspensión definitiva del programa fue por sensibilidad a las solicitudes recibidas por parte de la audiencia”. En su lugar está la serie ‘El Regreso a la Guaca’.
Coello añade en el comunicado que el calificativo de “porquería” que usó Correa el sábado al referirse al programa “fue generoso en comparación con las apreciaciones y adjetivos que expresaron los televidentes en sus cartas”.
Fernando Checa, director de Ciespal, considera que si bien el programa sacado del aire no responde a las características de un medio público, sí es preocupante la orden dada por Correa porque eso significa que hay injerencia en los contenidos editoriales, del tipo que estos sean. Ello, a pesar de que el Gobierno ha reiterado que no tiene el interés en imponer tesis dentro de estos canales.
Por ello, Checa plantea que en la nueva Ley de Comunicación debe establecerse que los medios públicos tengan independencia del Gobierno de turno. Pues la visión de lo estatal va más allá del cargo del presidente de turno.
Para el sociólogo Héctor Chiriboga, la orden de Correa da pie para pensar que el Gobierno se incautó de los canales para hacer su propia política. “Con ese reclamo deja sin piso el avance que ha tenido la ciudadanía en la observación crítica a la programación”.