Santiago Estrella G., corresponsal en Buenos Aires
¿Los diarios siguen publicando porquerías, como dice su canción Y todos los días?
Me parece que sí. Aunque ahora son más empresas de comunicación, eso es cierto. Pero tiene que haber medios, eso es indudable. Cuando leo un periódico entiendo de lo que trata, de lo que está detrás de ese diario. Y saco mis conclusiones.
¿No le preocupa la relación actual entre los gobiernos y la prensa?
Claro que sí. Pero también es cierto que pasan cosas que a veces le preocupan a uno. Se quejan por los gobiernos que atacan a la prensa , pero también la prensa ha hecho y hace cosas horribles. Evo Morales me invitó a su asunción presidencial. Y cuando dio su discurso oficial, como no me gusta estar en esas cosas tan formales, me quedé en el hotel para verlo por la televisión. Al poco de hablar Evo, el canal que estaba viendo interrumpió diciendo: “Ya sabemos lo que va a decir el presidente Evo, anécdotas inconexas , seguiremos con nuestra programación y al final haremos un resumen”. Y pusieron Tom y Jerry. Era algo que no podía creer. Bolivia vivía un momento histórico y casi toda la prensa no se preocupó siquiera por registrarlo.
¿Cómo cree que debería ser la relación entre los gobiernos y la prensa?
Debe haber un gran proyecto en el que todos cumplan su rol. No puedo decir que no lo hayan pensado, pero el problema es que la realidad no los deja pensar. El ex presidente Samper, de Colombia, solo pudo atajar penales y tapar agujeros, nunca pudo gobernar (como la gran mayoría…). Si tienes un descansito, puedes pensar en proyectar algo entre todos, elaborar un determinado proyecto común, con la prensa, con la derecha y la izquierda incluida. Pero hoy no es el problema izquierda o derecha, sino de vida o muerte. Pero no se puede por ahora. La realidad manda y a uno lo dejan fuera. Si apareciera un loco, un líder que diga que vamos a jugar a esto, todos en un proyecto común, la población se engancharía porque la gente quiere, necesita y le encantaría un proyecto común.
¿Cómo concibe usted ese proyecto?
En un mundo más solidario, donde sean más importantes los valores, la energía, la ecología, el reciclaje, la forestación, la vida básicamente. Donde todas las clases sociales puedan participar.
¿Cree que los gobiernos de la nueva izquierda están pensando en este proyecto?
(Se queda en silencio). ¿Qué es la nueva izquierda? Si me dices que el gobierno de los Kirchner es de izquierda, no lo creo. Favorecen también a grupos afines.
Son gobiernos que solamente atajan penales y tapan agujeros, pero no tienen como su prioridad las soluciones de fondo para que todos tengan una vida mejor.
¿Qué le preocupa de esta tendencia entre los gobiernos latinoamericanos?
La poca voluntad de querer vivir de acuerdo. Veo que hay mucha bronca, resentimiento, mucha pelea. Se está perdiendo la tolerancia, no se tolera al que piensa distinto. A mí, por ejemplo, me gustan muchas cosas que está haciendo Rafael Correa, pero lo que no me gusta de él es que se lo ve intolerante.
Cuestiona al que piensa distinto… Yo iría más al diálogo, a la inclusión.
Usted estuvo en Quito durante la posesión de Rafael Correa. ¿Cómo lo mira?
Como ya lo dije, en general… Aunque la oposición también es intolerante.
¿Lo mira solo a través de la prensa o también de amigos?
Lo miro desde todos los lados que puedo. Tengo acceso a todos los estratos sociales. Y busco objetivamente… Nunca fui de un partido, siempre me gustó ser de todos.
Durante muchos años usted cantó por la unidad latinoamericana. ¿Le parece que con la Unasur, la Alba, el Mercosur y la CAN se avanza hacia esa unión?
Sigo apostando a eso, a la unidad, a que no sigamos siendo ‘los Estados desunidos de Latinoamérica’. Me da pena que se vaya Lula. Se avanza, pero muy de a poco. No es un objetivo prioritario aún, pero se quiere ir en esa dirección…
A la vez ha habido conflictos entre los países: Ecuador con Colombia, Argentina y Uruguay, Colombia y Venezuela, Chile con Perú… ¿No es preocupante eso también?
Es preocupante y es una realidad. Estamos envueltos en la mediocridad. Reina el pesimismo en general. Lo que en realidad pienso es que tenemos que querer, creer y visualizar el país que deseamos y trabajar mucho cada día para salir adelante.