Redacción Política
Con su camiseta nítida llegó a Carondelet Jonathan Fernández, un lustrabotas de la Plaza Grande.No fue de visita turística, el pequeño acudió a un almuerzo con el presidente Rafael Correa la tarde de ayer. Junto a Jonathan acudieron otros 72 lustrabotas. “Estoy emocionado, nunca había entrado al Palacio”, dijo mientras miraba a su alrededor los detalles de la arquitectura y sostenía con fuerza la invitación que le entregaron.Poco a poco, personal de la Presidencia les hizo ingresar al Salón de Banquetes en la segunda planta de Carondelet. Con 40 minutos de retraso empezó el almuerzo que consistió en sopa de langostinos, seco de pollo y pastel de chocolate con helado.Correa pidió disculpas por el atraso y afirmó que esto ocurrió porque mantuvo una reunión con asambleístas de Alianza País. Mientras en el Salón de Banquetes estaban los betuneros, los secretarios de Estado, Fernando y Vinicio Alvarado, almorzaban en el Hotel Plaza Grande. Ellos no participaron de la cita con los pequeños. El almuerzo de los niños no estuvo libre del discurso del Mandatario. Él aseguró que la meta del Gobierno será reducir el trabajo infantil y hacer que todos los niños estudien. Mientras tanto, los pequeños pidieron que se legalice su trabajo como betuneros ya que lo necesitan para aportar en sus hogares. Jonathan, al sentarse en la elegante mesa se retiró la gorra que traía puesta y se limpió sus manos en el pantalón. Así dio el primer bocado a la sopa que le sirvió un elegante mesero de la Presidencia.