María Fernanda Espinosa convocó ayer, 23 de septiembre, a una rueda de prensa para anunciar los resultados de su gira por China. Pero también informó que deja el Ministerio de Defensa, que dirigió desde diciembre del 2012. La dimisión llega en medio de un escenario político agitado, no solo por las movilizaciones, sino con la renuncia de otros secretarios de Estado: Paco Velasco dejó el Ministerio de Cultura, y Jaime Guerrero, de Telecomunicaciones.
Extraoficialmente, se conoció que su reemplazo será Fernando Cordero, quien actualmente es ministro Coordinador de Seguridad. A este lo sucederá César Navas, actual director nacional del ECU 911.
Espinosa ha enfrentado temas complejos como el anuncio de la reestructuración de las FF. AA., el descontento militar por el Código de Entidades de Seguridad Ciudadana, las protestas por la Ley de Héroes, la caída del helicóptero presidencial, la vigilancia en la zona de frontera, entre otros.
El anuncio del Gobierno de reducir el personal de las FF.AA., el número de cuarteles e incluso la intención de que los uniformados pasen a formar parte de los bomberos, agencias civiles de tránsito, entre otros, han sido parte de la política de cambios que generan inquietudes en el sector.
Además, el oficialismo está replanteando sus funciones con las reformas a la Ley de Seguridad Pública y con el proyecto de enmiendas a la Constitución, cuyo objetivo es que colaboren en la seguridad interna del país.
Espinosa ha sostenido, en las revistas del Ejército, que la agenda política de la Defensa tiene como proyección la protección de derechos, garantías y libertades, así como el sostenimiento de la democracia. Ahí explicaba el proceso de adaptación que deben tener las FF.AA. con el nuevo contexto mundial y regional.
Aunque el Gobierno ha incrementado los salarios de los uniformados, ha mejorado la infraestructura de los cuarteles y que el proyecto de enmiendas asegura cuidar sus pensiones, hay dudas que circulan entre los militares.
La presencia de Cordero aseguraría eventuales consensos, asegura Luis Hernández, coronel en servicio pasivo. Añade que Cordero tiene una alta capacidad de ejecución; se entera rápidamente de los problemas y sabrá encaminarlos hacia una resolución. Su amplia experiencia en el manejo administrativo y político le favorece, incluido su paso por el Ministerio Coordinador de Seguridad.
También cabe recordar que Cordero se ha mantenido en el círculo de confianza de Carondelet. Haber asumido las riendas de la Asamblea Constituyente, la Asamblea Nacional y su breve estancia en el IESS, facilitaría el trabajo con las FF.AA. para avanzar en el proceso de reestructuración.
Para Fausto Cobo, coronel en servicio pasivo, la salida de Espinosa no significa nada para la institución. La mayor debilidad del Gobierno ha sido la designación de ministros de Defensa, con personas que carecen de conocimientos al respecto. Pero sí le adjudica el haber puesto “la cara para la campaña de desmantelamiento de las FF.AA.”.
Cobo recordó que Cordero, a su llegada a Seguridad reconoció no saber nada del tema, por lo que su papel será similar al que tuvo en la Constituyente: “Implementar a rajatabla los pasos que tenga que dar”.