La convergencia de bloques es el reto de la Unasur

Ernesto Samper (izq.), secretario de la Unasur, junto al expresidente de Brasil, Lula da Silva. Foto: Mario Faustos / EL COMERCIO

Ernesto Samper (izq.), secretario de la Unasur, junto al expresidente de Brasil, Lula da Silva. Foto: Mario Faustos / EL COMERCIO

Ernesto Samper (izq.), secretario de la Unasur, junto al expresidente de Brasil, Lula da Silva. Foto: Mario Faustos / EL COMERCIO

Estefanía Celi Redactora
politica@elcomercio.com

Con una pregunta, Ernesto Samper, secretario general de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), abrió su conferencia ayer en el Centro Cívico de Guayaquil. “¿Pueden otros procesos de integración de la región encontrar una forma de convergencia?”. Para el expresidente colombiano, ese es el reto que ahora enfrenta el organismo internacional.

El trabajo conjunto para la integración de Suramérica fue el principal tema de análisis ayer, 3 de diciembre, durante el seminario que dio inicio a los eventos para la inauguración de la nueva sede de la Unasur, el viernes en Quito. La cita continúa hoy, con la reunión de los cancilleres y los jefes de Estado, en Guayaquil.

El panorama de esta convergencia es complejo, pues existen al menos siete organismos internacionales además de la Unasur que trabajan desde diferentes aristas, aunque ninguno agrupa a todas las naciones del subcontinente: la Comunidad Andina de Naciones (CAN), la Asociación Latinoamericana de Integración (Aladi), la Alianza para los Pueblos de Nuestra América (Alba), el Mercado Común del Sur (Mercosur), la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), la Alianza del Pacífico y el Sistema de la Integración Centroamericana (SICA).

Sin embargo, también es un objetivo posible, a criterio de Samper y del canciller ecuatoriano, Ricardo Patiño. Sobre todo si se considera que muchos de los procesos integracionistas tienen más años de existencia que la misma Unasur. Por ello, Patiño pidió públicamente que se realice una reunión de coordinación con los representantes de estos organismos.

Del otro lado, hay apertura a la cooperación. Pablo Guzmán, secretario general de la CAN, incluso aseguró que finalizado el proceso de reingeniería que esa entidad realizó desde el 2011, hay el compromiso ratificado de los países miembros hacia la vocación integradora, principalmente hacia la Unasur.

Desde la CAN, la Aladi y el Mercosur se habla de una integración principalmente desde el comercio y el mercado, que debe ampliarse y fortalecerse al interior de América del Sur, con cadenas de producción y no la simple exportación de materia prima.

Pero la secretaria de la Cepal, Alicia Bárcena, argumenta que la integración de la región no debe ser solamente en el ámbito económico sino también en el social. Para ello, señala como meta la eliminación de la desigualdad, de la cual América Latina es su mayor expresión.

Sin embargo, en la Aladi, ven con preocupación un organismo específico: la Alianza del Pacífico. Carlos Álvarez, secretario general, cree que la Alianza del Pacífico puede ser una “cuña para interferir el proceso de integración en Suramérica”, por lo que considera que el regreso de Michelle Bachelet a la Presidencia de Chile puede “neutralizar a algunos que quieren la fragmentación”.

Pasaporte regional

El pasaporte suramericano será uno de los temas que se analiza hoy, durante la reunión de ministros de Relaciones Exteriores, que se realizará previamente a la Cumbre de Jefes de Estado de la Unasur, prevista para la tarde. Patiño informó que también se trabaja en nuevos avances para la conformación del Banco del Sur.

Está confirmada la presencia de los mandatarios de Colombia, Argentina, Uruguay, Surinam, Perú, Brasil, Venezuela, Bolivia y Guyana, quienes llegarán a Guayaquil y luego se trasladarán a Quito, en donde el viernes se realizará la inauguración de la sede de la Unasur, ubicada en la Mitad del Mundo, al norte de Quito.

En la cita, también se realizará la transferencia de la Presidencia Pro Témpore, actualmente en manos de Surinam, a manos de José Mujica, presidente uruguayo, quien no podrá llegar a la inauguración de la sede, pues la altura podría afectar su salud.

Si el uruguayo es la figura más esperada, la atracción de ayer fue el exmandatario brasileño Luiz Inácio Lula da Silva. Llegó pasadas las 17:00, en medio de los gritos de los presentes que le daban la bienvenida. Su conferencia fue constantemente interrumpida por los aplausos.

Hizo un recuerdo del proceso que, según dijo, había estado suspendido durante los gobiernos neoliberales. “Hoy somos 33 países con el objetivo de la integración, pero el proceso hasta ahora no está a la altura de nuestras necesidades”.

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