En las farmacias de Santo Domingo de los Tsáchilas se realiza la verificación del registro sanitario de productos medicinales. Foto EL COMERCIO
Las autoridades desarrollan nuevos operativos para impedir la venta del dióxido de cloro en Santo Domingo de los Tsáchilas, en el occidente del Ecuador. Los controles se ejecutan de forma simultánea en calles y establecimientos donde se han reportado ventas al margen de ley.
Este 15 de octubre de 2020, la Agencia de Regulación y Control Sanitario (Arcsa) recordó que se trata de un líquido que no está regularizado y tampoco tiene registro sanitario.
En la avenida 3 de Julio, en el centro de la capital tsáchila, la venta se realiza de forma ambulante. Los comerciantes exhiben el producto en botellas plásticas como cualquier otra bebida. Luis Cortez, uno de los comerciantes, dice que la gente no duda en comprar el dióxido de cloro, cuya dosis se desconoce, pero se lo oferta con una breve explicación que va desde el uso de agua mezclada con el producto.
Cortez asegura que de esa forma se rebaja la carga original para evitar alguna intoxicación. Precisamente, esa zona comercial es vigilada por los funcionarios del Arcsa.
Estos días la recorren para detectar los puntos donde se concentran los vendedores. La normativa sanitaria vigente establece una sanción de 10 salarios básicos a quien venda sin registro sanitario.
Otro comerciante que emprendió con el dióxido de cloro es Manuel Segura. Decidió incursionar en esta venta desde que una autoridad municipal promovió su consumo.
Él recuerda cómo cerca de su espacio el funcionario animaba a la gente a llevarlo gratuitamente. En la Fiscalía de la provincia reposa una denuncia del Arcsa por ese hecho ocurrido en julio del 2020.
Marcelo Armijos, director zonal de la entidad, asegura que la venta en las calles ha mermado, pero en redes sociales continúa con fuerza. El último martes, un grupo que está a favor del consumo del producto protestó en las afueras del Consejo de la Judicatura.
La manifestación fue convocada por el obispo Bertram Wick quien defiende la idea de que se hagan estudios para comprobar la eficacia. En esa concentración, el representante de la Iglesia reprochó por los controles contra los pequeños comerciantes.
Dijo que los esfuerzos se deben centrar en los estudios y análisis para combatir el covid-19 mediante la ingesta del dióxido de cloro. Al momento, el Arcsa ha decomisado en Santo Domingo unos 600 litros de productos sin registro sanitario, entre esos el dióxido de cloro.