Las mercaderías transitan constantemente por el Puente Internacional de Huaquillas (arriba), mientras los comercios formales de la ciudad registran menos ventas por el contrabando. Foto: EL COMERCIO
Los televisores, aires acondicionados, tabletas y otros artículos electrónicos abarrotan el piso y las paredes del negocio de Marina Jaya. El estrecho local que también exhibe planchas, computadoras portátiles y hasta pequeños generadores de energía se ubica en un transitado corredor comercial de Huaquillas, la ciudad de El Oro fronteriza con Perú.
“La gente se dedica más al contrabando, por eso ya no se vende como antes”, asegura Jaya, quien administra el local junto con su esposo. Un televisor Sony de 40 pulgadas pantalla plana es uno de los aparatos más grandes que se exhiben. “Este televisor cuesta aquí USD 1 750, pero si lo traen de contrabando desde el Perú sale por menos de USD 700”.
Si ingresara de forma legal, al precio de origen del producto se le sumarían el Impuesto al Valor Agregado, el Impuesto a los Consumos Especiales y el Fondo para el Infa. Además, si ese equipo ingresó desde el pasado 11 de marzo, también pagaría una sobretasa del 45%, que es la nueva salvaguardia con la que está ahora gravado este grupo de bienes de consumo importados.
Hasta el pasado viernes, los comercios de Huaquillas dedicados a la venta de electrodomésticos y artículos electrónicos mantenían los precios anteriores a la aplicación de la sobretasa, impuesta por el Comité de Comercio Exterior, bajo el argumento de equilibrar la balanza de pagos y proteger la dolarización.
Jaya, que le compra su mercadería a un importador de Guayaquil, dijo que este todavía no le había comunicado sobre un aumento en los precios. “En este momento los precios siguen igual, pero tocará subirlos cuando ya los importadores nos vendan con otro precio”, manifestó la comerciante.
Los comerciantes de Huaquillas temen que el incremento de los aranceles agudice el contrabando, al que culpan del bajón que aseguran enfrentar.
Sergio Cobo, dueño del almacén Casa Cobo, un negocio de electrodomésticos ubicado a 150 metros del Puente Internacional de Huaquillas, cuenta que el lunes de la semana pasada viajó a Guayaquil a traer la mercadería que le compra a un importador. “Me dijeron que de aquí a tres meses les estarán llegando las mercaderías con los precios elevados, y que todavía no suben porque tienen ‘stock’ en las bodegas”.
Cobo se abastece una vez al mes de mercadería importada de Perú, Colombia y Panamá. Esa mercancía importada significa el 90% de lo que comercializa en su local. “Con la salvaguardia serían como USD 400 más que tendríamos que subir en el caso de un televisor LG de pantalla plana de 54 pulgadas, por ejemplo”.
En Aguas Verdes, la ciudad peruana vecina de Huaquillas, hay tres almacenes que venden electrodomésticos. Uno de ellos es una distribuidora que trae la mercadería desde Lima.
La población de Aguas Verdes vive del comercio fronterizo con Huaquillas, pero también del contrabando de mercaderías, especialmente de productos perecibles.
Por el Puente Internacional circulan constantemente desde Perú carretillas y vehículos cargados con sacos de cebollas, cartones con uvas y manzanas, bebidas hidratantes, pacas de ropa, de zapatillas.
El presidente de la Cámara de Comercio de Huaquillas, Vinicio Quezada, afirma que esa forma de ingreso de mercadería, llamada contrabando de hormiga, significa una forma de vida para muchos pobladores en la zona limítrofe.
En la frontera común existe una serie de pasos clandestinos por donde los contrabandistas intentan ingresar mercancía de forma ilegal.
Uno de estos pasos informales se ubica a 500 metros del centro de la parroquia Chacras, un poblado separado del Perú por el canal de Zarumilla. Sobre ese acueducto los contrabandistas colocan tablas que sirven de puente, por donde trasladan sacos con limón y cebolla peruana. Las frutas importadas están dentro de los bienes de consumo gravados con el 45% de sobretasa.
La Aduana no quiere que el incremento de los aranceles impuesto a los bienes de consumo importados provoque un incremento del contrabando.
El 2014, la Aduana de Huaquillas recaudó USD 6,6 millones por mercadería aprehendida a través de 2 128 operativos en la frontera sur. Ese monto decomisado a los contrabandistas representó alrededor del 14% de las recaudaciones totales de Huaquillas en 2014, que alcanzaron USD 42,3 millones.
Entre enero y febrero pasado, la Aduana decomisó mercadería por alrededor de USD 3,5 millones, principalmente textiles, celulares, licores, calzado, frutas y otros alimentos.
Para frenar el contrabando en las fronteras, la Aduana asignó 570 agentes de la Unidad de Vigilancia Aduanera. A estos se sumarán 150 agentes de un grupo élite de la Policía, y 300 militares. Como incentivo, los agentes aduaneros recibirán el 50% del valor de las mercancías que aprehendan. “Sabemos que las tasas arancelarias son altas en ciertos productos, y tenemos que contener cualquier producto que trate de ingresar como contrabando”, dice Xavier Cárdenas, director del Servicio Nacional de Aduana.
La Aduana calcula que el balance entre la reducción de importaciones y cobro por concepto de las tasas arancelarias arroje entre USD 800 millones y USD 1 000 millones.
Comercio
Los negocios temen que el incremento de aranceles aumente el ingreso ilegal de mercancías. El 2014, la Aduana decomisó USD 6,6 millones en Huaquillas.
En contexto
Entre enero y febrero pasado, la Aduana recaudó unos USD 631 millones por el ingreso de mercancías importadas. De ese monto recaudado, el 4,03% correspondió al cobro de aranceles. La mayor parte provino del Impuesto al Valor Agregado.