Contango

El alza vertiginosa del precio del petróleo el primer semestre del año pasado permitió al Gobierno nacional incrementar de manera inusitada y simultánea el gasto corriente y el de capital. Pero en julio de 2008 el precio trastabilló; en septiembre se desplomó con la crisis global.

En diciembre la abundancia se trastocó en escasez. El Gobierno evitó una contracción económica gastándose los fondos petroleros heredados así como la plata que le había pagado al IESS para saldar la deuda histórica. Se vislumbraba un posible colapso económico para mediados del año. Los rumores de desdolarización proliferaron.

Para alivio de todos, el precio del petróleo mejoró en marzo y  abril. Sorpresivamente esa recuperación se aceleró durante mayo y junio, al punto que iniciado julio, la Ministra Viteri, sonriente, anunció que sus expectativas eran que el precio se estabilice al nivel entonces vigente, de USD 70 el barril (para el WTI; para la mezcla que crudos que exportamos, alrededor de USD 55/b).

El optimismo de la ministra se apoyaba en que Arabia Saudita manifestaba que el precio debía llegar a USD 75 en diciembre. Los analistas petroleros consideran que si el precio no oscila entre USD 60 y USD 80, no habrá suficiente inversión petrolera.

Una cosa  es el precio requerido en el largo plazo, otro el de equilibrio hoy. La economía global está deprimida, y se esperaba que el precio siguiese estancado, si no a los niveles de enero y febrero, por lo menos a los de marzo y abril. De ahí que el alza de mayo-junio haya tomado a muchos por sorpresa.

Sucedió que la banca de inversión, en búsqueda de buenos rendimientos, los encontró en el petróleo por los precios deprimidos. Puso contratos de compra de petróleo a futuro, lo que empujó al alza el precio a futuro, y a su vez, aprovechando que los fletes estaban deprimidos, compró crudo para almacenarlo en tanqueros.

Con lo anterior, la demanda aumentó, no hubo excedente de oferta, y el precio subió. Pero la mayor demanda era para hacer inventario, no para consumir. Y sólo se puede hacer inventario hasta cierto punto.

Para principios de julio, mientras la Ministra Viteri exhibía su optimismo, comenzó a estancarse el precio de entrega futura; se estrechó la brecha entre el precio futuro y el presente. Esa brecha se denomina contango. El momento que el contango se reduce, se pierde plata con el almacenamiento, así como el interés causado por el dinero invertido. Se dejó de comprar para almacenar (bajó la demanda), se vendió el crudo guardado (subió la oferta), y el precio cayó. En los primeros 20 días del mes se ha perdido alrededor de USD 10 por barril.

¿Y para el resto de 2009? Nadie sabe a ciencia cierta. El precio del crudo está en una rueda moscovita. La posibilidad de que caiga aún más no debe descartarse.

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