Construcción cerró el semestre con menor actividad y ventas

Trabajadores realizan acabados en viviendas del proyecto Altos de la Colina, en Quito. Foto: Galo Paguay/ EL COMERCIO

Trabajadores realizan acabados en viviendas del proyecto Altos de la Colina, en Quito. Foto: Galo Paguay/ EL COMERCIO

Trabajadores realizan acabados en viviendas del proyecto Altos de la Colina, en Quito. Foto: Galo Paguay/ EL COMERCIO

La disminución en la inversión de obra pública, un nicho importante para el sector de la construcción, es una de las variables que ha impactado en la caída del sector durante el primer semestre de este año.

En eso coinciden Carlos Repetto, presidente de la Federación Nacional de Cámaras de la Construcción, y Silverio Durán, presidente de la Cámara de la Industria de la Construcción.

Durán señala que han presentado propuestas al Gobierno para ayudar a que el sector se reactive y para que se permita el ingreso de capitales para invertir en la industria; pero, asegura, no han obtenido respuestas. “Si el Gobierno no tiene liquidez, que se apalanque en el sector privado”.

La inversión pública cerró hasta julio en USD 2 740 millones, la peor cifra en los últimos 10 años. Además, hasta ese mes se había ejecutado apenas el 43% de lo presupuestado en este año para este rubro.

Esta caída en la inversión impacta también en los proveedores. En Mexichem Ecuador, fabricante de la marca Plastigama, la afectación comenzó a sentirse a partir de abril, puesto que en el primer trimestre, al ser época electoral por las votaciones seccionales, se impulsaron proyectos de agua potable, alcantarillado y regeneración urbana, explica Carlos Alaña, gerente de la firma que desarrolla productos para la construcción de viviendas e infraestructura pública.

“Hemos sentido un ajuste en las ventas, debido a que el ritmo de inversión del sector está muy afectado”, indica Alaña. No obstante, se mantiene optimista sobre las medidas que pueda tomar el Gobierno para impulsar a la industria.

La desaceleración de la economía del país, añade Repetto, es otro de los factores que explica la baja en la construcción, que cerró con un decrecimiento del 3,3% entre enero y marzo de este año. Se trata del segundo trimestre consecutivo de cifras negativas.

“Esto implica que el sector industrial y comercial no tenga nuevas necesidades de fábricas o centros comerciales. Y que, con la baja de las fuentes de empleo, la gente postergue la posibilidad de adquirir una vivienda”, indica Repetto.

Las promesas de compra venta en el sector inmobiliario cayeron un 12% en el primer semestre del año, en comparación con igual período del 2018, según la Asociación de Promotores Inmobiliarios del Ecuador (Apive).

Para Jaime Rumbea, vocero de ese gremio, uno de los motivos de esta disminución es la falta de consistencia en la política pública sobre los créditos de viviendas de interés público (VIP) y social (VIS).

Esta política, que contempla financiamiento con tasas preferenciales para viviendas de hasta USD 89 997, se lanzó en noviembre del 2018. Los reglamentos se emitieron este año.

Para el financiamiento de los proyectos por parte de la banca, se requería de un fideicomiso, que finalmente se creó en mayo. Pero los constructores aseguran que la iniciativa no avanza por falta de recursos.

Además, para algunas firmas las nuevas condiciones exigidas para el diseño de proyectos VIS, en los acuerdos del Ministerio de Desarrollo Urbano y Vivienda, encarecerían las unidades. Entre estas exigencias están la adecuación del interior de las unidades para la “accesibilidad universal” (para personas con discapacidad), un área mínima por vivienda (por ejemplo, de 57 m² para unidades entre USD 40 000 y 70 000) y espacios comunales para emprendimientos.

“Todos los proyectos de viviendas de interés social están a la espera de que se modifiquen los acuerdos. Las exigencias hacen imposible que se ejecuten, serían muy caras”, señala Ignacio Barra, gerente de Proinmobiliaria, empresa que cerró el semestre con una caída del 30% en ventas, en comparación con el primer semestre del año anterior.

Ferroinmobiliaria, que impulsa el proyecto Ciudad Jardín, tuvo un buen arranque de año, pero registró una baja en el segundo trimestre.

Eduardo Crespo, gerente de la firma, lo atribuye al anuncio de las nuevas condiciones del Banco del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (Biess), aprobadas en el Manual de Crédito el pasado abril, que, entre otros cambios, contempla un menor porcentaje de financiamiento para las viviendas. La norma tiene un plazo transitorio de seis meses.

“Estamos a la espera de que funcionen los créditos preferenciales para VIP y VIS. De eso dependen nuestras expectativas para lo que resta del año”, añade Crespo.

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