Redacción Guayaquil
Frente al suburbio, cada día, toma forma el nuevo puente que comunicará a esa populosa zona suburbana de Guayaquil con el estadio del Barcelona.
La obra se convertirá en un nuevo ícono turístico y arquitectónico de la ciudad.
El viaducto, que está en un 80%, reemplazará al paso peatonal que el 22 de junio de 2005 colapsó, cuando un grupo de marinos trotaba sobre el mismo. La conclusión, entonces, fue que la caída se dio por la corrosión de la estructura metálica que cedió ante la falta de mantenimiento.
Ahora, una imponente estructura de hormigón sobresale en el sector. En una orilla está el suburbio oeste con casas de caña y en la otra, el estadio del Barcelona.
La construcción cuesta USD 3 727 459. Se prevé que la obra termine en octubre. El puente tiene 385 m de largo y 6,42 m de ancho. Uno de sus extremos se ubica en la explanada del estadio, donde levantará un enorme escudo del club. Al otro lado se empatará con la calle Medardo Ángel Silva. Allí habrá una obra de regeneración, con adoquines de colores e iluminación.
Raúl Ascensio, responsable técnico de la construcción, a cargo del Consorcio Jalil Montoya, explicó que la obra está en su tramo final.
En ambos extremos se edificarán dos Puestos de Auxilio Inmediato (PAI).
En el centro del puente está una torre de 35 metros de alto. En ella se anclarán los cables de acero que sujetarán la estructura de las camineras.
Al igual que el puente del Velero, otro de los íconos del Salado levantado cerca de allí, este paso se caracterizará por su iluminación. Tendrá 24 luminarias de vapor de sodio, cada una de 150 vatios.
Jorge Andrade, habitante de la Calle 29 y Medardo Ángel Silva, considera positivo el volver a contar con un paso sobre el estero. “Esto facilitará el paso hacia el otro lado. Ya no tendremos que dar una vuelta mayor o utilizar transporte para ir al estadio”.
Para Catalina Ricaurte, también moradora, la obra no solo beneficiará el traslado de las personas, sino que contribuirá a mejorar el aspecto de la zona y a ganar en seguridad.