Gestores ambientales se llevan los desechos previamente separados por moradores de Jardines de Amagasí. Foto: Diego Pallero / El Comercio
Al pie de una mediagua, en un espacio de no más de cinco metros por tres, María Simbaña y su hija, Lucía Altamirano, clasifican el material reciclado en una jornada que empieza a las 06:30.
Son parte de los cerca de 3 500 recicladores de Quito y por quienes se impulsan iniciativas como Recicla Esperanza, que funciona en iglesias cristianas y en urbanizaciones.
Para las mujeres, de 66 y 34 años respectivamente, moradoras de San Patricio de Puengasí, reciclar es la única fuente de ingresos; lo hacen desde hace 18 años. Durante el confinamiento, vivieron de la solidaridad familiar, de vecinos y kits de instituciones públicas.
Simbaña, madre de 10 hijos, debe costear los USD 50 que paga por el espacio donde vive sola; su esposo falleció hace tres años. Altamirano tiene seis hijos. Su pareja es albañil.
Al retomar las tareas en un condominio de Bellavista del Sur, se encontraron con una novedad: no debían buscar entre los desechos. Los moradores los separaron en casa, lo hicieron por iniciativa propia. Los recicladores van los martes, jueves y sábado. La jornada es más corta, hasta las 10:00, antes era hasta el mediodía.
Para regresar a la mediagua toman una camioneta. El flete les cuesta USD 3 y con la venta del material, una vez al mes, recaudan unos USD 170.
Las gestoras ambientales tienen cierta dosis de tranquilidad, pues se exponen menos al contagio del covid-19. A Simbaña, abuela de cerca de tres decenas de nietos, sus hijos le han pedido no salir. Pero está acostumbrada a trabajar.
El 70% de recicladores de Quito corresponde a mujeres y un 20% es adulta mayor.
Recicla Esperanza nació para ayudarlos. En la campaña participan la comunidad y la Universidad San Francisco, con el apoyo del Municipio.
En una primera fase se habilitaron centros de acopio en nueve iglesias cristianas y han emprendido tres jornadas de recolección. Ya superan las
5 toneladas. Los recicladores retiran el material de los centros de acopio.
Ahora se extiende a urbanizaciones. La promotora, la pastora María Fernanda Villalva, apunta que ya son 20. Busca que sean más y que se sumen condominios y barrios. La iniciativa incluye capacitaciones.
En Jardines de Amagasí ya tienen instaurada la costumbre de separar y se sumaron a la cruzada. Se contactaron con un reciclador y la semana pasada concretaron una jornada, en la que cerca de 800 familias entregaron lo recolectado durante el confinamiento.
Guillermo Erazo, administrador, da una noticia triste: la esposa del trabajador dio positivo a covid-19 y el reciclador empezó a presentar síntomas. El obrero, de unos 60 años, acudía en un pequeño camión y lo hacía cada semana.
Antes de la pandemia, la urbanización entregaba el material a recicladores de uno de los cuatro Centros de Educación y Gestión Ambiental de la urbe. Ellos han regresado a la urbanización. Esta semana, Segundo Tupiza, Mercedes Simbaña y Laura Guanoluisa recorrieron el lugar para llevarse lo reciclado, que los vecinos dejan en fundas plásticas en las aceras. No entran en contacto físico con los moradores. Llevan más de 10 años en el oficio y empezaron en escombreras.
Guanoluisa, líder de la Red Nacional de Recicladores del Ecuador (Renarec), habla de lo difícil de perder la fuente de empleo, por más de tres meses, tanto para los gestores organizados como para los que no.
A escala nacional bordean las 20 000 familias. La agrupación congrega a 55 asociaciones en el país, 10 en Quito. Se capacitan en bioseguridad.
Xavier Vásquez, vocal de ambiente de Jardines de Amagasí, asegura que con Recicla Esperanza amplían la apertura para contribuir, de forma ordenada.
Más aún en una época de riesgo latente. Hacen campañas por chats y correos.
Guanoluisa define la ventaja de que la comunidad se sume, para que recicladores que no son parte de una asociación o que no han trabajado con el Municipio mejoren sus condiciones, pues, habitualmente, no les deja ingresar a urbanizaciones ni a condominios.
En la capital, el 25% de los residuos es de origen reciclable. Desde el 16 de marzo hasta el viernes, Emaseo recolectó
290 000 toneladas de residuos.
Guanoluisa cuenta que Renarec entregará 120 trajes de protección a compañeros en Quito. Una forma de ayudarles es identificar a los recicladores de cada sector y entregarles el material diferenciado.