La Conferencia Episcopal Ecuatoriana mostró su malestar con las declaraciones del secretario Jurídico de la Presidencia, Alexis Mera, sobre el arzobispo de Guayaquil, Antonio Arregui, quien había pedido mayor credibilidad en los diálogos nacionales que lleva adelante el Gobierno.
Mera, en el Gabinete que se desarrolló ayer, 27 de agosto del 2015, sostuvo que el religioso es “un insolente recadero de la derecha” y que es Arregui el que “debe dialogar con los homosexuales que dice que no sirven para nada”.
Esta mañana, los obispos ecuatorianos, en un comunicado, “rechazaron las expresiones ofensivas” de Mera. Añadió que son totalmente impropias, no abonan al clima de respeto y serenidad que tanto necesitamos en estos momentos. Las sentimos como una ofensa a la buena voluntad de todos los Obispos del Ecuador, que no hemos hecho más que llamar al diálogo y a la mesura a todos los actores políticos y sociales, en la actual situación de tensión y de difícil perspectiva para nuestro país. Esperamos las disculpas del caso”
La Iglesia confía en que no fue más que un “imprudente exabrupto” que no es la expresión real del Gobierno. Y ratifica que no es un actor político en la coyuntura nacional.
A continuación, el comunicado de los obispos ecuatorianos
Boletín de Prensa
Quito, 28 de agosto de 2015
La Conferencia Episcopal Ecuatoriana rechaza públicamente las expresiones ofensivas con las que el Secretario jurídico de la Presidencia de la República se ha referido al señor Arzobispo de Guayaquil, S. E. Mons. Antonio Arregui Yarza; las cuales, además de totalmente impropias, no abonan al clima de respeto y serenidad que tanto necesitamos en estos momentos. Las sentimos como una ofensa a la buena voluntad de todos los Obispos del Ecuador, que no hemos hecho más que llamar al diálogo y a la mesura a todos los actores políticos y sociales, en la actual situación de tensión y de difícil perspectiva para nuestro país. Esperamos las disculpas del caso.
Queremos creer que tales expresiones no fueron más que un imprudente exabrupto y no representan la verdadera actitud del Gobierno nacional, el cual ha expresado estar siempre de acuerdo con un diálogo llevado en buena fe.
La Iglesia Católica en el Ecuador no es un actor partidista del juego político. Se equivocarían completamente quienes interpretaran así su misión y sus intenciones. Sin embargo, precisamente porque cree profundamente en el bien común, no puede dejar de invocar y de fomentar, en todo momento, el diálogo sincero y la paz social, aunque esto la arriesgue a alguna que otra incomprensión.
Valga la oportunidad, por ello, para hacer nuestras, una vez más, las palabras con las que el Papa Francisco nos exhortó a todos los ecuatorianos, hace menos de dos meses, a “evitar egoísmos, promover la comunicación y el diálogo, e incentivar la colaboración” (cf. Homilía en el Bicentenario, 7 de julio de 2015). Este es el mensaje en el que nos mantendremos.
Secretaría General de la Conferencia Episcopal Ecuatoriana