Agentes, sin equipos para detectar al conductor con drogas

Conductores ebrios

Conductores ebrios

El viernes 19 de junio, agentes ejecutaron controles para detectar conductores ebrios. Foto: Patricio Terán / EL COMERCIO

Viernes, 23:30, norte de Quito. Los agentes de tránsito tardan 10 segundos en identificar a un conductor ebrio. Tiene aliento a licor, tambalea y habla incoherencias. El alcocheck solo ratifica esas señales.

A simple vista cualquiera puede reconocer a una persona alcoholizada. La tarea es más compleja si el conductor está bajo los efectos de otras drogas: las pupilas se dilatan o los ojos enrojecen, pero no hay más características físicas evidentes. Se necesita un examen de orina o sangre para comprobarlo.

En el país, los agentes no tienen equipos para detectar si alguien maneja con narcóticos en la sangre. EL COMERCIO habló con uniformados que operan en Quito, Cuenca y Guayaquil, las tres ciudades más grandes, y admitieron que no se controla esta infracción.

Esto ocurre pese a que el Código Orgánico Integral Penal (COIP) fija una sanción de 30 días de prisión y pérdida de 15 puntos en la licencia por conducir bajo efectos de drogas.

En la capital, por ejemplo, desde el 10 de agosto del 2014, cuando el Municipio asumió la competencia del tránsito, hasta el 27 de mayo del 2015 hubo cero sanciones por este delito.

A escala nacional sucede un fenómeno similar. En los últimos dos años, el Consejo de la Judicatura apenas reportó 14 infracciones de tránsito relacionadas con el consumo de estupefacientes, pero hubo 44 397 juicios contra sospechosos que manejaron bajo los efectos del alcohol (ver info).

Sin embargo, esos 14 casos no se detectaron en controles rutinarios, sino después de una investigación más amplia.

¿Esas mínimas cifras significan que no hay conductores bajo efectos de alcaloides? Víctor Romero, juez de tránsito de Pichincha, lo duda. “La droga está presente en colegios, fiestas, en la calle. Decir que no lo está en los accidentes que se reportan en las vías es absurdo. Es un secreto a voces”.

En los cinco años que lleva en ese cargo no ha conocido ni un solo caso. Consultó a otros jueces de tránsito y la respuesta fue la misma. Él atribuye la escasa incidencia de esta infracción a dos variables: el poco conocimiento de los agentes para detectar los síntomas físicos que provoca el uso de estupefacientes y la falta de equipos.

Chile, España, Francia, Alemania y Suiza son algunos de los países que utilizan los denominados ‘narcotest’. Este dispositivo tiene una pequeña paleta que toma una muestra de saliva del sospechoso.

Luego de unos segundos, la prueba revela hasta cinco tipos de narcóticos (marihuana, cocaína, éxtasis, anfetaminas y pasta base) que pueden estar en la sangre del conductor.

En Ecuador, el COIP (art. 464) dice que los agentes deben usar el ‘narcotest’ cuando haya sospechas de que una persona intoxicada maneja un vehículo. En estos días, los legisladores analizan reformar esa ley. Uno de los cambios es endurecer la sanción para aquellos conductores en estado de embriaguez o que utilizaron estupefacientes y provocaron accidentes. Se plantean multas de hasta seis salarios básicos y pérdida de 13,5 puntos a la licencia (hoy, la pena es cuatro salarios y 9 puntos menos).

Fausto Miranda, supervisor de la Agencia Metropolitana de Tránsito de Quito, reconoce que actualmente no tienen dispositivos para ejecutar los controles. El funcionario asegura que la Agencia Nacional Tránsito (ANT) es la encargada de homologar los equipos que se emplean en las vías.

Entre el 1 y el 23 de junio, este Diario hizo tres pedidos de información a ese ente para conocer si tienen previsto aprobar el uso de estos dispositivos. Ayer, funcionarios señalaron que los datos estaban listos, pero hasta el cierre de esta edición (19:00) no enviaron.

Para Alfredo Aguilar, gerente de la Empresa de Movilidad de Cuenca, la aplicación de la prueba de uso de narcóticos “sería un paso más en la prevención de accidentes”.

Luis Lalama, comandante de la Comisión de Tránsito del Ecuador, considera que es “importante” obtener estos aparatos para reducir los siniestros.

Solo de enero a mayo de este año se han registrado 14 535 siniestros en las vías del país. En ese mismo período del año pasado fueron 16 049 casos.

Efectos en la conducción

Basta beber dos vasos de cerveza para superar el límite de alcohol en la sangre permitido (0,3 gramos). Cada sorbo incrementa los estragos a nivel del cerebro y en el cuerpo.
Pero, ¿qué pasa cuando se trata de drogas ilícitas? Daniel es lo que se conoce como consumidor recreativo de marihuana. Es decir, lo hace, sobre todo, en fiestas, con sus amigos.

Desde hace cinco años la usa de forma esporádica. “A veces la fumo y tomo cervezas. No lo hago en exceso. Así puedo conducir luego”, reconoce. El joven, de 26 años, dice que no “ve mayores efectos” cuando maneja. El síntoma entre una y otra persona que ingiere alcohol o narcóticos depende de la edad, sexo, masa corporal...

En contexto

En estos días, la Asamblea Nacional analiza reformas al Código Orgánico Integral Penal. Uno de los cambios que se plantea es endurecer los castigos para aquellos conductores en estado de embriaguez o que utilizaron estupefacientes y provocaron accidentes.

El ‘narcotest’

Policías de Chile, España o Francia o Alemania utilizan este equipo.

La prueba se la coloca en la lengua y se obtiene resto de
saliva.

En segundos el dispositivo arroja los resultados de hasta 5 tipos de droga

Según fabricantes, esta prueba tiene más del 99% de
efectividad.

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