Los vecinos de los barrios han logrado contar sus problemas para que las autoridades los tomen en cuenta. Las principales preocupaciones han sido la movilidad, la inseguridad, el desorden y hasta los errores que cometen las autoridades en la gestión de obras.
Este Diario, desde el 1 de enero de 2006, incluso publicó diariamente un espacio dedicado solo para contar historias específicas de los barrios de la capital. Ahí se revelaron las necesidades básicas de los sectores que aún no cuentan con servicios básicos desde hace más de 30 años o zonas a donde se puede acceder solo a pie o por transporte clandestino.
También apareció en las páginas el trabajo comunitario de los barrios para mejorar su calidad de vida. Así aparecieron historias positivas como la canasta solidaria en algunas zonas del sur o programas de reciclaje.
De igual manera, las iniciativas de la comunidad para organizarse y enfrentar los problemas de la inseguridad, como ocurrió en La Marín. Este era catalogado hace 10 años como uno de los sitios más inseguros de la ciudad. En cada reportaje, los vecinos pudieron dar su testimonio, en el cual no solo contaban, en primera persona, sus puntos de vista, sino recordaban la identidad de su barrio.
Asimismo, se escribió sobre las afectaciones que generan las grandes obras por la falta de planificación y socialización con los barrios implicados, incluidos los retrasos o la desorganización. En los últimos seis meses se han intensificado las historias de peatones y ciclistas, quienes son los actores más vulnerables en los sistemas de movilidad de la ciudad.
El testimonio de aquellos días
Los medios nos han ayudado a conseguir obras
Hugo Herrera, dirigente barrial
Redacción Quito
La prensa escrita y televisiva nos ha ayudado en la consecución de obras para los barrios. Esto debido a que a través de los medios nosotros podemos evidenciar los problemas y las necesidades que aquejan a nuestros sectores.
Los medios son una garantía para que la gente exprese lo que se requiere y los problemas que se enfrentan diariamente en la relación con las autoridades de Gobierno o municipales.
Desgraciadamente, los representantes municipales y policiales trabajan para el poder, y muy pocas veces para la ciudadanía. Por eso, nuestra voz se difunde a través de los medios de comunicación.
La acción de los Gobiernos locales y nacionales debiera enfocarse a la comunidad sin fijarse a los partidos políticos a los que pertenecen y alcanzar el bienestar para todos.
Lastimosamente, en el país no están acostumbrados a escuchar nuestros pedidos e ideas. Es ahí cuando la prensa nos ayuda, para poder transmitir nuestros proyectos, planes e incluso soluciones.
Por ejemplo, hace cinco años el Municipio realizó un estudio sobre contaminación ambiental, pero los resultados no fueron presentados a la ciudadanía. Por ese motivo llamamos a la prensa y, a través de ella, exigimos que el Cabildo nos presentara ese informe.
Otro problema que afectaba a este sector eran las ventas ambulantes que se tomaban las aceras para su negocio. Gracias a una serie de reportajes donde se evidenció la inseguridad e incluso la insalubridad en la que se vivía, las autoridades tomaron ese tema y nos ayudaron.
A través de los medios informamos a la ciudadanía los problemas que teníamos con los delincuentes y sobre los robos que se cometían diariamente en este sector. Antes este lugar era tierra de nadie. Pero con la eliminación del comercio informal se han mejorado las condiciones de vida de los vecinos.
Este sector también se estaba convirtiendo en una zona roja. Funcionaban bares, discotecas e incluso prostíbulos.
Nosotros, como directiva, tenemos que proteger a los vecinos y a los 200 000 pasajeros que circulan diariamente por este sector. A través de una gran campaña, en medios escritos,
de televisión y con apoyo de la comunidad logramos la concienciación de la gente. Con esto evitamos que las personas arrendaran sus casas o locales para negocios que tuvieran relación con la venta de licor.
Los medios constantemente cubrían las redadas que se efectuaban. Pero también se realizaba el seguimiento de los operativos, porque muchas veces los negocios clausurados eran reabiertos al poco tiempo. Los resultados están a la vista, pero aún queda mucho trabajo.
Sin la ayuda de la prensa es muy difícil lograr que las autoridades trabajen o hagan las obras que se requieren en los barrios. Cuando no existe la cobertura mediática, hay que estar atrás de los funcionarios, se reciben humillaciones. A los ciudadanos, incluso nos faltan el respeto.
Esto no pasaría si existieran autoridades morales y comprometidas con un buen nivel de gestión. Eso nos facilitaría muchas cosas, pero los gobiernos locales no comprenden que las cosas se deben hacer correctamente. La pobre actuación de las autoridades y la falta de poder de decisión hacen que nosotros protestemos.
Los barrios son las primeras organizaciones donde la gente puede expresarse y organizarse para conseguir obras.