Las fuertes lluvias de la noche y madrugada causaron que el rio Daular se desborde y afecte los caminos hasta la Comuna Daular de la Parroquia Chongon. Fotos: Enrique Pesantes / EL COMERCIO
Las lluvias de invierno en Guayaquil se intensificaron este mes y los sectores rurales del cantón son los que más sienten los estragos.
La noche del viernes, en la comuna Daular de la parroquia Chongón, un tramo de uno de los caminos vecinales que conectan la comuna con la ciudad se derrumbó debido a una intensa lluvia que comenzó cerca de las 22:00 hasta la madrugada.
Daular está ubicada a la altura del km 33 de la vía a la Costa, pero para ingresar al poblado se pueden tomar tres camino; dos de estos están inundados desde la semana pasada, y un tramo del tercero, construido sobre un brazo de río, colapsó por el aguacero, dejando un hueco de unos 10 metros.
Stalin Limones, agente de la Comisión de Tránsito del Ecuador, informó que a las 06:00 de ayer fueron alertados por radio de un accidente vial: una pareja que salía hacia Guayaquil, cayó al barranco en su moto.
“Este señor venía a alta velocidad en la moto con una señora, parece que por eso accidentaron, con el suelo mojado resbalaron y cayeron para abajo. Tal vez este señor venía tan rápido que no alcanzó a frenar”, comentó Limones. El conductor fue trasladado al Hospital Guayaquil, añadió.
Solo ciertos tramos de los caminos de la comuna están pavimentados, la mayoría son de tierra, por ello el lodo y los charcos formados por la lluvia dificultan el acceso de los carros, motos y del ganado.
Ayer al mediodía tomaba más de una hora llegar en auto hasta la zona más cercana del sitio en donde el agua sobrepasaba las rodillas y solo se podía accder por el agua.
Por la mañana, un equipo del Cuerpo de Bomberos de Guayaquil y miembros del Grupo de Operaciones Especiales de la Policía ayudaron a los habitantes a movilizarse fuera de la comuna, con la ayuda de una lancha y de un bote inflable.
María Anzules, moradora del sitio, contó que un grupo de habitantes no ha querido ser evacuado por resguardar sus pertenencias. “Este ha sido el invierno más fuerte, el agua se entró a todas las casas, menos mal no todas son de caña. Sé que las familias que se fueron tenían niños pequeños, solo por eso aceptaron irse”, contó.
La lluvia del Viernes Santo volvió a anegar este sector que ya soportó una fuerte lluvia el pasado martes. Según el Ministerio de Inclusión Económica y Social (MIES) y la Secretaría Nacional de Gestión de Riesgos (SNGR) unas 73 familias resultaron afectadas por las lluvias la semana pasada, pero no todas fueron evacuadas.