Compórtese, Presidente

En la presentación sabatina del 29 de agosto, el presidente Correa profundizó la procacidad de sábados anteriores. Él estaba molesto. La reprimenda del presidente Lula a su errática Presidencia en la reunión de Unasur en Bariloche del viernes 28 lo tenía alterado.

Es que en el escenario latinoamericano, en pocas semanas, por segunda vez, no supo actuar como estadista. La vez anterior fue el fallido viaje a Honduras, para el que llevó personal y hasta sangre y plasma del Hospital Militar de Quito, según se publicó. “Mambrú se fue a la guerra”,  tituló un medio de comunicación.

En el respaldo a Zelaya y en el cuestionamiento a las bases norteamericanas y al gobierno fascista de Uribe -en el maremágnum narcopolítico de Colombia- Correa  tiene razón, pero lo que le falta es lo que él mismo llama pomposamente “la majestad del poder”. Actúa como un pendenciero. Pero no solo en lo internacional no sabe comportarse.

La actitud insolente que tuvo contra el personal de la Superintendencia de Bancos la mañana antes de viajar a Bariloche, como también la ha tenido  con otros servidores públicos, es reprochable. Yo soy crítico de decisiones de la Junta Bancaria, pero con palabras de respeto se puede discrepar profundamente.

Correa, por decisión propia o porque alguien le susurra en el oído, no admite que técnico o funcionario alguno opine diferente a lo que él quiere imponer. Los negocios petroleros son demostrativos de aquello.

Previa a la entrega del bloque 20 a Ivanhoe, en que el contrato del 8 de octubre de 2008 es una acumulación de ilícitos, en la sesión del 19 de mayo del Directorio de Petroecuador casi llegó al histerismo para imponer el negocio.

Tiene razón para alarmarse de que una conversación suya en que se admiten las alteraciones constitucionales se haya grabado, pero ese hecho confirma su participación en las falsedades introducidas en la Constitución.

Y no solo fueron alteraciones de forma. Hay casos demostrables que esas alteraciones están facilitando delinquir. El crédito chino de USD 1000 millones, pagadero con embarques de petróleo, sobre el que la Fiscalía debe iniciar una indagación de peculado, en cuanto a las formalidades del endeudamiento y a la jurisdicción a que se somete, no habría podido hacerse sin las ilícitas alteraciones constitucionales.

De los ataques verbales de todos los sábados a medios y periodistas pasó a pretender intimidar con la amenaza del cerco agresivo que se produjo en El Universo.

Un matón verbal en cadena de televisión y radio, por ser tal, no se convierte en estadista. Un gobernante debe serlo. 

El lenguaje de albañal de que hizo gala Correa el sábado 29 de agosto es expresión de poder abusivo, pero no de ejercicio legítimo de autoridad.

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