Talvez le habrá pasado. Todos están felices en la reunión, pero nunca faltan un aguafiestas, un cascarrabias, un chistoso, un payaso o un egocéntrico. Y si no son de su agrado es muy difícil que pase bien en estos encuentros. Es decir, todo se fue al piso. Y más si los encuentros no son en familia sino en el trabajo.
Sin embargo, debe comprender que en el mundo hay de todo. Y que existen diversas personalidades, incluso es posible que la suya no agrade a muchos.
La neuropsicóloga Silvia Macheno explica que en general existen personas que pueden inscribirse en tres grandes grupos. El primero tiene que ver con las personas emotivas y afectivas, que les interesan mucho las relaciones personales.
Parte de este grupo son las histéricas, que son aquellas que les gusta llamar la atención. Se frustran fácilmente si no logran protagonismo. Su afectividad es superficial, pues solo se acercan a las personas cuando quieren obtener algo de ellas y después se van.
En esta agrupación también están las ciclotímicas. Ellas varían de estado de ánimo entre agradable hasta depresivo. Son más sinceras en demostrar afecto, se preocupan mucho de los otros y gozan de relaciones interpersonales. Se pueden frustrar cuando las cosas no salen como ellas quieren. En estos dos casos, el afecto está por encima de la razón. Así que si mira que son muy emotivas y usted es muy fría, solamente tolere, quizá a ellas les moleste también su forma de ser.
Incluso no solo es necesario conocer las cualidades del otro sino también las propias. Mancheno precisa que quienes entiendan sus fortalezas y sus debilidades tendrán un mayor éxito.
Incluso esto es vital en los trabajos, ya que si se ju]ntan dos personalidades histéricas puede haber problemas. La idea es no unirlas y ponerlas en ámbitos distintos en los que cada una pueda destacarse por su lado.
En el segundo gran grupo están las personalidades cognitivas, aquellas en las que prima la razón más que el afecto. Parte de ellas son las anancásticas. Les gusta el orden, la meticulosidad, son muy responsables, sienten gusto por hacer todo lo mejor posible.
En este mismo grupo también están las paranoides. A ellas les gusta hacer bien las cosas, pero para demostrar que hacen las cosas mejor que el resto. Son celosas y desconfiadas. Son de esas personas que les gusta hacer todo, no confían en el resto, por eso no dejan que nadie más haga las cosas. Generalmente sufren mucho por el tiempo. Son suspicaces. Y aunque son muy eficientes y esto es positivo a veces, pueden afectar al resto y hacerlas sufrir.
Por eso, si quiere una reunión navideña de película debe tener presente que las histéricas serán buenas organizadoras de fiestas. A ellas se les reconoce generalmente porque son buenas para eventos sociales.
Hay que tener claro que todas estas personalidades son normales, ninguna es mejor que la otra, solamente tienen formas diferentes de expresión. El problema es cuando llegan a lo patológico. La idea es conocerse uno mismo y mirar por dónde puede despuntar de una manera equilibrada respetando el espacio del resto.
Con toda esta información, en una próxima reunión tome en cuenta que las histéricas, por ejemplo, son caprichosas y exageradas y tratan de ser amigas de todo el mundo. Si eso le molesta a usted, entienda que esa es su personalidad, pues se alteran si no se les toma en cuenta.
También es necesario que entienda que hay personas, en cambio, que les gusta participar y servir mucho al resto y que si no son útiles se sienten mal. Ayúdeles en eso.
Si en estas navidades quiere disfrutar al máximo no se olvide que cada persona es diferente, que tiene su carácter y que no hay que minimizar a nadie sino respetar sus cualidades. Lo mejor es aprovecharlas para ubicarlas en los sitios correctos. Por ejemplo, un paranoide es ideal para mover al personal, para organizar y prever.
Sin embargo, existe otro grupo, lejos de estos dos. Son aquellos que tienen dificultades en las relaciones interpersonales. Son evasivos, les gusta estar solos, disfrutan de la individualidad. Son dados a la lectura. Ellos no son de los que participan y eso también hay que respetarlo, porque es parte de su vida.
Incluso debe entender la personalidad de cada uno a la hora de recibir regalos. El histérico puede ser uno de los que más se esfuerce en dar el mejor regalo. No porque le interesa mucho el otro sino porque quieren que alaben su gesto.
En otro aspecto, por ejemplo, el histérico es de las personas seductoras, que les encanta la cercanía con el resto. En cambio el ciclotímico es más tranquilo. Y si mira al paranoide verá que es más cauto. No es nada personal. Cada uno es como es.
El gran secreto es mirar cada una de estas características y no comparar. El momento en que debe ponerse alerta es cuando la persona cambia drásticamente su comportamiento. Hay algunas, por ejemplo, que de pronto se aíslan. En algunos casos solo quieren llamar la atención pero otras tienen tanto dolor que quieren morirse. En estas fechas es muy común los suicidios. Por eso nunca hay que desestimar estos comportamientos.