El Código de Comercio, aprobado por la Asamblea, regula este tipo de transacciones. Los sectores piden incentivos. Foto: archivo / ÚN
Las compras en línea ganan terreno en Ecuador. El año pasado el comercio electrónico movió USD 1 286 millones, casi el doble frente al 2016.
Los datos corresponden a un estudio del observatorio de Comercio Electrónico de la Universidad de Especialidades Espíritu Santo (UEES) y avalado por la Cámara Ecuatoriana de Comercio Electrónico (CECE).
Al igual que en años pasados, los artículos personales de mayor compra a través de Internet en el 2018 fueron ropa y zapatos. Las mujeres lideraron estas adquisiciones.
Los hombres compraron hasta un 10% más de artículos electrónicos, computadoras y celulares que las ecuatorianas.
En servicios se buscaron más boletos de avión y entradas a espectáculos.
Los clientes prefirieron los portales internacionales, pero solo gastaron en promedio USD 53 en cada compra.
En cambio, en los portales ‘online’ nacionales consumieron un promedio de USD 272 en cada compra, según la investigación.
Camilo Cruz, miembro del Directorio de la Cámara de Innovación y Tecnología del Ecuador (Citec), calcula que hay 700 tiendas en línea en el país y empresas que, siendo físicas, se apoyan fuertemente en las ventas por Internet.
Andrea Osorio es CEO de Comuni, un portal educativo de tutorías que tiene un año en el mercado y 1 500 usuarios. “Hay una mayor apertura a lo digital, sobre todo en personas de 18 a 35 años”. El contenido gratuito de webinars (clases en línea) es el gancho de este sitio.
Las ventas de la tienda yaesta.com cerraron el año pasado en USD 2 millones; esto es, 43% más en relación con el 2017 cuando facturó 1,4 millones, comentó Martín Jara, director de este portal web , que oferta diferentes artículos, desde celulares hasta colchones y muebles.
El dinamismo del sector llevó a los asambleístas a introducir el tema en el proyecto de Código de Comercio, que fue aprobado el 12 de marzo pasado por la Asamblea Nacional y que ahora está a la espera del análisis del Ejecutivo.
La norma define al comercio electrónico como “el proceso de producción, distribución, comercialización, venta, transferencia o entrega de bienes y servicios, o la transmisión de fondos o datos, por medios electrónicos” entre empresas o entre compañías y consumidores.
Para los gremios relacionados con la actividad, la inclusión de esta forma de comercio es importante en un código que tenía 113 años sin actualizarse, pero debe ser más específica. Antes, el tema estaba regulado solo por la Ley de Comercio Electrónico, Firmas y Mensajes de Datos del 2002.
La Citec conformó una mesa de políticas públicas para analizar el cuerpo legal de 1 348 artículos y emitir sus recomendaciones. Entre ellas, mejorar los costos de procesamiento con tarjetas, la interoperatividad de los procesadores (como Datafast), políticas antifraude y la logística para la entrega de productos.
Una barrera para el sector son las comisiones que cobran los bancos por las transacciones, asegura Cruz.
Si se paga con tarjeta de débito bancario, la comisión es del 2%. En pagos corrientes con tarjeta de crédito sube al 4,5%. Y si es diferido a tres meses o más tiempo se maneja entre el 6 y 7%, según Cruz.
Leonardo Ottati, director de la CECE, cree que se deben generar incentivos para el sector. Asegura que un 50% de las transacciones ya se hace con plástico y que no estaría mal impulsar la actividad con menos puntos en el IVA o exoneración del impuesto a la salida de divisas (ISD).
Jair Duque, docente de la Escuela de Negocios de la UEES, asegura que potenciar este tipo de comercio es una gran oportunidad para el Estado.
“Ayudaría a recaudar más impuestos si se regula adecuadamente”. Lo define como un ‘ganar ganar’ tanto para la empresa como para el Gobierno.